Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Alicia BululúCharraire cuenteras, Mario Cos Gloria Sagasti.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

Comencé hace 8 años.

¿Para qué edades cuentas?

Desde infantil a secundaria.

¿Qué le aporta al narrador principiante narrar para editoriales?

Le aporta muchas tablas, poder mostrar su trabajo y limarlo y, sobre todo, al tener oyentes tan variados en una misma mañana, desarrollar mucha escucha hacia el público.

¿Qué le ofrece al narrador ya consolidado trabajar para editoriales?

Le ofrece estabilidad y asegurarse un número importante de sesiones al año; poder probar las nuevas propuestas que va elaborando; también contrataciones nuevas.  Me ha pasado que a veces los profesores que me escuchan me contratan para contar en sus entornos, hablan de mí a sus concejales de cultura o a asociaciones culturales, o, si cambian de escuela, me llevan para que cuente a sus nuevos alumnos. Así me han salido muchos bolos en estos años.

 ¿Cuentas también al margen de las editoriales?

 Por supuesto.

¿Qué diferencias existen entre contar para editoriales y trabajar como narrador independiente en lo referente al repertorio, la preparación del cuento, al público, a la entidad para la que se trabaja...?

Cuando trabajas para editoriales, cuentas para niños de edades muy similares lo que te permite elegir cuentos más apropiados a sus centros de interés. Normalmente, los niños están muy motivados,  escuchar historias es algo muy estimulante, que rompe con su rutina. Sin embargo, lo que hago para las editoriales no es exactamente una sesión de cuentos, sino una animación a la lectura con sus dinámicas, una animación que, eso sí, se inicia con la narración de uno o dos cuentos. En eso radica para mí la diferencia fundamental entre trabajar para editoriales y como narradora independiente.

¿Qué le reporta a las editoriales el hecho de tener narradores en su plantilla?

Cada año, como retribución a su fidelidad en la compra de libros, las editoriales ofrecen un regalo a los colegios. Nosotros somos el regalo.

Si trabajas para diferente editoriales, ¿Existe una forma particular y diferenciada en cada editorial de plantear la organización, la función y los objetivos de la narración oral o, por el contrario, los planteamientos en todas son muy similares?

En mi caso, como les pido a todas las editoriales para las que trabajo que me den libertad para poder elaborar las sesiones de animación a la lectura, es muy parecida. Confían en los criterios y en los planteamientos que yo ofrezco y, como normalmente les felicitan por mi trabajo, respetan mi forma de hacerlo.

¿Qué le pedirías a las editoriales que incluyeran o, por el contrario, eliminaran de sus planteamientos, expectativas... para mejorar las condiciones de trabajo, la recepción de las sesiones, la visibilidad del oficio...?

En cada lugar donde actúo contacto con el responsable, le explico mis necesidades y cómo funciono. Para mí es la mejor opción. Yo soy responsable de darme visibilidad con mi buen hacer.

A las editoriales les pediría mejoras en las  condiciones económicas y cada año así se lo traslado a ellas.

¿Qué opinas sobre la vinculación entre narración oral y animación a la lectura? ¿Y entre sesión de narración y libro?

En mis sesiones, opto por el juego y la reflexión;  juego a contar y luego juego a reflexionar sobre lo que he contado o sobre lo que ellos han leído y lo cierto es que funciona. Su motivación y su escucha me lo confirman.

¿Por qué las editoriales para lectores adultos no tienen en cuenta la narración oral del mismo modo que las enfocadas para público infantil y juvenil? ¿Crees que deberían hacerlo? ¿Cómo?

¿Tienen miedo al éxito? Je je… Mi sensación es que ese momento va a llegar, igual que llegaremos a las programaciones estables de los teatros. Todo lleva tiempo, pero si se sigue escribiendo narración de tanta calidad, no les quedará más remedio que rendirse a la evidencia. El público tiene mucho peso, y, juntos, los narradores y el público tenemos que demandarlo con más pasión. 

 

Charo Jaular