Contar "contra" el público infantil
¿Hay una edad para escuchar cuentos? Para muchísima gente la respuesta es que sí. Los cuentos son sólo para la chiquillería.
La mayoría de la gente joven y adulta en nuestra cultura al crecer ha sido exiliada del mundo de los cuentos y lo que es aún más triste, ignora que hay historias para cada edad del alma, con instrucciones preciosas y precisas para el oficio de vivir.
Yo cuento para personas de todas las edades, con todo tipo de naufragios y de sueños a cuestas. Cuando me preguntan qué público prefiero siempre dudo. A priori me gustan todos. El peor de los públicos posibles es siempre el que no viene. Seguramente el público que prefiero es el que ha elegido acudir a esta cita a ciegas, que con suerte se convertirá en un encuentro amoroso y que ha venido a escuchar. Cuando se dan estas dos circunstancias, que han elegido venir y que han venido a escuchar, todo fluye de otra manera. En ese trance no suelo reparar en las edades de quien está escuchando. O apenas. Me doy cuenta lo justo para adecuar mi repertorio y mi estilo al momento. Pero hago lo mismo si comparamos dos públicos infantiles diferentes. O dos públicos adultos… Siempre escucho primero, a ver qué historia deseo compartir con ese auditorio en concreto.