Maratón de Cuentos de Guadalajara

No se trata de correr durante cuarenta y dos kilómetros, en este maratón hablamos de cuarenta y seis horas de cuentos, de viernes a domingo, con sus días y sus noches, sin parar. No es una competición sino todo lo contrario, una fiesta que se hace con la colaboración de toda una ciudad. No se trata de resistir, simplemente escuchamos, contamos y disfrutamos de los cuentos. Es una actividad larga e intensa, llena de comienzos, de finales felices, de érases una vez y colorines colorados, de historias que en algunas ocasiones se posan por primera vez en nuestros oídos y otras que nos sacuden la memoria porque quizás alguien, alguna vez, ya nos las contó. Una cita que a fuerza de repetirse año tras año, y ya van veintitrés, hemos convertido entre todos en tradición, en seña de identidad de una ciudad que se enorgullece de su afición al cuento.

Un cuento, otro cuento, otro más… miles de personas escuchando, cientos contando, intercambiándose alegremente los papeles, en un vaivén de protagonismos que nos permite descubrir lo difícil y placentero que puede ser contar. El escenario del Maratón tiene esta y otras peculiaridades, no es una sesión de cuentos al uso en una biblioteca o en un centro escolar, tras tantas horas de cuentos el público puede estar encandilado, entregado por completo a la causa, adormilado o medio enloquecido, hechizado sin poder abandonar el Palacio del Infantado aunque el cansancio le pueda.

Todo el mundo cuenta pero, sin duda, lo mejor es cuando todo el mundo escucha, cuando en el Patio de los Leones el silencio se oye casi con tanta fuerza como la palabra. El maratón es una oportunidad única para escuchar: a los compañeros de profesión, a los que vienen de lejos, a los más pequeños, a la familia del tercero, al alcalde de turno y al que ya no lo es pero le sigue teniendo querencia al cuento, a la persona que cuenta por primera vez o a la que tiene la colección entera de pines porque cada año prepara con mimo su cuento. Horas y horas para adentrarse en cómo, qué y por qué contamos los humanos, todo un aprendizaje.

En esa mezcla de voces las narradoras y narradores tienen un papel muy especial, Guadalajara los espera con los brazos y los oídos bien abiertos. Nos gustan sus cuentos, su fidelidad año tras año y la oportunidad que nos da el maratón de oír sus historias, de tropezarnos con ellos por la calle o en el bar de la esquina. Para una ciudad enamorada de los cuentos no hay un visitante más ilustre que ese que viene cargado de cuentos. Contadoras, narradores, profesionales del gremio de la palabra, ¡sed siempre bienvenidos a la ciudad de los cuentos!

 

Otros maratones de cuentos 

El primer maratón de cuentos fue el de Guadalajara, siguiendo su ejemplo aparecieron otros muchos en España (ver un listado aquí) y en otros países (México, Colombia, etc.). Sin embargo, el de Guadalajara sigue siendo el de mayor duración. 

 

Susana Martínez
es miembro del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil,