El término «poesía» tiene, al menos, dos acepciones bien diferenciadas: 'composición poética' y 'cualidad poética'. 

Respecto a la composición poética, la palabra «poesía» se equipara con «poema»; es decir, la poesía, en este caso, se recita. Los versos se contraponen a la prosa por tener estos una mayor cantidad de apoyos rítmicos. En el caso de un romance, por ejemplo, se aprecia una construcción formal muy medida versos octosílabos con rima asonante en los versos pares que sirve de soporte a una historia. Este y muchos otros modelos similares, en general toda la poesía antigua, están construidos sobre variados componentes rítmicos con repeticiones de fonemas, palabras, estructuras sintácticas y semánticas, entre otras y narrativos. En suma, este tipo de poesía siempre cuenta algo de alguien con una forma más o menos musical. 

Más adelante, a partir de la popularización de la escritura, el poema cambia de destino de la plaza pública con una exposición de viva voz, se pasa a la hoja sobre la que se escribe y, por tanto, también de destinatarios. Unos actos, escribir y leer, que propician la introversión y conllevan una mirada más filosófica o sentimental del poeta hacia los temas. Poco a poco la estructura rítmica y de contenido que llamamos «poema» comienza a perder componentes sonoros reiterativos hasta el punto de aproximarse a lo que entendemos por «prosa». En ese umbral indeterminado entre uno y otra se encuentran interesantes composiciones fronterizas tales como el verso libre y la prosa poética.

Y aquí llegamos a la segunda acepción de la palabra «poesía» que queríamos comentar, entendida esta como una cualidad. Cualquier descripción, personaje, situación, historia, sin que posean técnicamente la denominación de «poesía», pueden ser poéticos. Esta cualidad evanescente se ampara en un estado de espíritu que, en cierto modo distanciado de la realidad cotidiana, tiende al gusto por la belleza, el sentimiento y la imaginación. Sin embargo, no es una condición que se refiera solo a la estructura y los contenidos sino también, y esto es importante, a la forma de percibirlos y exponerlos; razón por la que esta poesía también se puede expresar a través de recursos propiamente orales. La condición poética es, pues, un estado del ser y del hacer que, al margen del tema, cuida la forma de tratarlo; por ello, elementos como el punto de vista, la gestualidad, el tono y la intención se demuestran cruciales. 

No obstante, la visión poética se proyecta más lejos aún de lo que supone un texto y su interpretación, ¿influyen en ella las inclinaciones personales y sensibilidad del narrador o narradora? ¿Es acaso la poesía una elección vital? ¿o una opción simplemente estética? La respuesta oculta un cierto misterio, que, eso sí, está al alcance de la mano. La poesía lo impregna todo. Ya lo dijo García Lorca: la poesía es algo que anda por las calles. 

 

Estrella Ortiz