Cuando alguien nos dice que es carnicera, mecánico, fontanera o maestro, no nos hace falta ni un segundo para identificar las características del oficio de esa persona. Cuando nos dice alguien que es actriz, bailarín o cantante, lo que nos despertará la curiosidad es el tipo de trabajo que muestran, pero no se nos hará complicado entender su oficio. Pero de repente nos encontramos ante una persona que nos revela que es narrador oral. Y ahí surge el problema. La duda a la hora de definir e identificar dicho oficio, lo que hace en concreto, vendrá seguida por una serie de preguntas e incertidumbres, que quien lo ejerza tratará de explicar lo más claramente posible. Pero ¿y si las dudas vienen de las mismas personas que ejercen dicha actividad? ¿Quién es narrador oral? ¿Quién puede definir el oficio, o atreverse al menos? Pero, y quizás aquí esté la cuestión, ¿es necesario? Y si lo es, ¿para quién?, ¿para qué?

Es un debate antiguo en el mundo de la creación el de definir quién es pintor, o escritora, o actor… o narradora oral. Habitualmente, viene dada la definición por el mismo creador, por la consideración que tiene sobre sí mismo en relación con la actividad que desarrolla. Alguien que escribe, por ejemplo, cuentos, simplemente por el hecho de disfrutar con ello, muchas veces no se tendrá por escritor. O quien pinta en su tiempo libre, aun con un estilo depurado, persiguiendo un estilo propio, lo considerará como una afición. Lo mismo que quien toca el piano en casa, o canta en el coro del barrio. Mucha es la gente que participa en grupos de teatro por el simple hecho de disfrutar en su tiempo libre de una actividad que le apasiona, dedicándole muchas veces interminables horas de ensayos. Seguramente todos ellos no se tendrán por escritores, pintoras, músicos, actrices, es decir, gente que se dedica a esas actividades considerándolas, simplemente, una afición. Del mismo modo hay mucha gente que cuenta cuentos, en su escuela, en la biblioteca de su pueblo o barrio, o en un grupo que se junta periódicamente para ello. Pero de ahí a considerarse a sí mismos narradores orales, quizás haya un trecho. El grado y tiempo de dedicación a esa actividad será lo que marque la diferencia. Entonces, ¿quién es narrador oral? ¿Qué es lo que determina que una persona que se dedica a la narración de cuentos pueda pasar a definirse de esta manera?

En estas cuestiones suele ocurrir que quien necesita y propone una definición siempre se cuida mucho de que él o ella misma entre dentro de la definición, por lo cual dicha definición estará determinada por el propio interés de esa persona. Esto conlleva el problema de que quien, aun narrando, no entre dentro de la definición no sea considerada como tal, pero la realidad es que esa persona sigue llevando a cabo esa actividad. Por lo cual, tomarse muy en serio o al pie de la letra esto de tratar de definir a quien realiza un trabajo creativo y artístico, se puede convertir en una discusión de nunca acabar. Pero que nadie piense que esto puede dar pie a relativizar la misma actividad bajo un detestable «todo vale».

Más que la definición en sí misma, lo verdaderamente importante es que quien narre, con más o menos dedicación, reflexione sobre su trabajo, investigue, proponga, no caiga en lo fácil, asuma riesgos. Como toda propuesta creativa, la del narrador oral deberá buscar caminos expresivos que aporten nuevos planteamientos que enriquezcan tanto su propia experiencia como la narración oral contemporánea, sin caer en tópicos, obviedades o simples aberraciones intelectuales. Es necesario trabajar desde unos postulados que busquen la dignidad del oficio, tanto enfocándolo desde un punto de vista individual, como teniendo en cuenta su dimensión pública, ya que lo que el narrador oral muestre públicamente con su trabajo vendrá a construir la imagen que se tenga socialmente de esta actividad artística.

En definitiva, al narrador y a la narradora orales lo que les define, tanto individual como socialmente, no es tanto una definición académica sino su trabajo, algo obvio pero necesario de recordar. Y, por supuesto, narrador oral soy yo.

 

JoxeMari Carrere

 

Voces relacionadas: contador, cuentacuentoscuenterocuentista.