Para quien se dedica a contar historias hacer kilómetros es, sobre todo, escuchar.
Escuchar los caminos, los paisajes, el calor, las lluvias; escuchar la radio, la música que uno elige también (me encanta que cada cuento tenga su banda sonora). Escuchar la noche, el alba, la nieve, las liebres que saltan. Escuchar el frenazo, el intermitente, la escobilla que limpia la lluvia de nostalgia. Escuchar, eso, la nostalgia, la soledad, la aurora, el atasco. Mirar quién cruza el paso de cebra, quién espera en la parada, quién mira, quién adelanta. También no verlos. A veces pasa.
Los viajes también le sirven a uno para prepararse ante lo que va a suceder, y para evaluar lo sucedido. Para volver, poco a poco, a ser lo que uno es cuando baja del escenario agradeciendo lo que el escenario le ha concedido. Un viaje por los adentros de cada uno que le permite la moderación y la cordura.
Hacer kilómetros es una manera ideal de gestar y macerar las historias. De concebirlas y parirlas. Llenarlas de todo eso que uno va encontrando en el camino. Al ir y al volver, aunque sea la misma carretera, no es el mismo trayecto.
Kilómetros y kilómetros buscando las palabras que dan lugar a las historias que uno cuenta. Conduciendo con el coche lleno de personajes, hablando entre ellos, y uno, escuchando, disfrutando como lo va a hacer el público que espera.
Sin buscarlo, a veces un gesto, un árbol, una plaza, una nube, un niño, una piedra desde la ventanilla, es justo lo que nos hacía falta para la historia. Por eso, el camino es búsqueda y disfrute, es escucha y voz, es canción, nana, poesía, silencio. Es viaje, ruta, periplo, etapa, itinerario, exploración, vuelo, descubrimiento, trayecto. Es pausa, es crecimiento.
Si no es todo eso, no tiene sentido que nos movamos tanto. Todo ese flujo genera una sinergia útil para mantener vivo el cuento, para poder, si cabe, cambiarle el acento hasta encontrárselo, para palpitarlo.
Pero para eso hay que escuchar, y disfrutar de la acción, del propio proceso.
Como contar. Así es, por lo menos, como yo lo vivo, como yo camino, viajo, cuento.