Formación culta analógica sobre la base del latín resiliens, -ntis, part. pres. de resilīre: rebotar; retirar-se; recular

1. Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación. Las historias que se deforman y se transforman manteniendo su ser, que soportan manipulaciones y versiones conservando su esencia, que son pasadas por los lenguajes de otras artes (teatro, danza, cine, fotografía...) perdurando y subsistiendo en su naturaleza.

2. Capacidad de un ecosistema de retornar a la misma composición específica y al estado normal al ser afectado por perturbaciones o interferencias. Los seres humanos que narramos historias, desde la intimidad del hogar a los grandes auditorios, conservando una actividad humana que ha navegado entre guerras, dictadores, tendencias... y nos conecta con juglares medievales, griots africanos y sapiens cavernarios, continuando con el uso de la palabra como herramienta y fin.

3. Capacidad del individuo para afrontar con éxito una situación desfavorable o de riesgo, y para recuperarse, adaptarse y desarrollarse positivamente ante las circunstancias adversas. En narración oral es la adaptación a las circunstancias dadas conservando el estilo, el contenido y la estética propia.

En general la resiliencia nos permite deformarnos para evitar la fractura sin perder nuestras características esenciales y poder recuperar el estado inicial, es la facultad de viajar a través de imposiciones morales y modas culturales sin deterioro de la dignidad personal y profesional, es la flexibilidad para sortear cualquier obstáculo sin menoscabar la autoestima, incluso cuando somos nosotros mismos óbice y escollo.

 

Domingo Chinchilla

 

Voces relacionadas: estética, resistencia.