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Conocí a Tim Bowley en 2004 en Palabras Andarilhas en Beja. Me pareció un árbol alto con un brillo de niño en los ojos. Al lado de él estaba Casilda Regueiro para “traducontar” sus historias en español. Su imagen sobre el escenario era maravillosa de ver, pero lo que más me impresionó fue la voz de él, la manera en que nos abrazaba con firmeza y nos llevaba de viaje a lugares distantes del mundo, pero, al mismo tiempo, tan cerca de nuestros corazones. ¡Fue una noche completamente cautivadora!

Tim comenzó a venir a Portugal hacia finales de los años 90 para contar y dar formación (en 1998 en Braga y después en 1999 en Lisboa) y se convirtió en uno de  los primeros contadores de historias internacionales en llamar la atención del público portugués. Desde entonces contó historias para millares de oyentes sonrientes y compartió su experiencia y conocimiento con centenas de profesores, educadores, bibliotecarios y contadores de historias. Pero ¿cómo es que no me crucé antes con este gran contador de historias? La verdad es que a partir del momento en que lo encontré quedé tan afectada que conducía kilómetros para verlo a él y a Casilda y más tarde también con Charo Pita siempre que contaban historias en Portugal. Entre otros lugares, Tim contó en Braga, Beja, Lisboa, Oeiras, Pombal, Vila Nova de Paiva, Montemor, Vilamoura, Óbidos, Tavira, Coimbra ..

Tuve la suerte de comenzar a perseguir narradores antes de que la crisis llegar al país, cuando las bibliotecas y municipios en Portugal todavía podían contratar a los mejores para venir a nuestro pequeño jardín a orillas del mar. Tim Bowley es un nombre que hace sonreír a muchos portugueses y portuguesas. Dio varios talleres, uno de los cuales fue un curso intensivo en Oeiras en el que tuve la suerte de participar, y muchas historias maravillosas llenaron tardes en todo el país. Algunas de sus historias y colecciones de cuentos fueron publicadas en portugués y están aquí en los corazones y en las puntas de las lenguas de muchos contadores de historias. Rara es la sesión de cuentos, especialmente infantil, en la que no saco su libro Jaime y las bellotas, para jugar con el público con las repeticiones que contiene y recordar los ciclos de la vida y como es importante insistir en su protección. 

Tim tiene una manera de contar historias que es muy difícil de describir, pero muy fácil de escuchar: es tierno, pero poderoso, juguetón, pero profundo, y dice las cosas como son, sin describirlas, pues eso queda para la imaginación de cada oyente. ¡Y cómo nos lleva hacia la fantasía y hacia las esquinas olvidadas de nuestros corazones!

Volviendo al festival de Beja en 2004, al día siguiente Tim fue invitado a dar una conferencia sobre su arte y básicamente tuvo una conversación con doscientos enamorados de las historias. En un momento de la conferencia, él preguntó si le gustaría a alguien experimentar “traducontar” con él. No sé qué me empujó a hacerlo, pero ¡allí estaba yo en el escenario con mi nuevo héroe! ¡Y qué héroe simpático y generoso! A lo largo de dos años tuve oportunidad de contar en el escenario con Tim y en cada una de ellas quedé encantada por su calidez y su brillantez y la impresión que tengo es que de alguna manera Tim está sentado en mi hombro cada vez que cuento historias, que, a menudo, son las suyas.

Sofia Maul
trad. Charo Pita

Este artículo fue publicado en el Boletín n.º 52 de AEDA, monográfico dedicado a Tim Bowley