Durante el mes de febrero, desde el grupo de trabajo (GT) "Informe Carter" de AEDA, se ha organizado una formación en línea que ha constado de cuatro sesiones con el nombre de “Narración oral y perspectiva de género”.
Ha sido una experiencia muy enriquecedora a nivel intelectual y emocional. Desde el GT no podemos más que dar las gracias por la buena acogida que han tenido estas sesiones tanto dentro como fuera de la asociación.
Hemos creado un espacio de encuentro y reflexión que nos ha permitido formularnos preguntas y también encontrar estrategias para sortear los caminos que la costumbre, que no la lengua, nos vuelve difíciles.
Antes de terminar la formación, llegó la terrible noticia de que en Argentina, el Gobierno de Javier Milei ha prohibido el uso del lenguaje inclusivo y “todo lo referente a la perspectiva de género” en la Administración pública del país: “No se va a poder utilizar la letra -e, la arroba, la -x y [se va a] evitar la innecesaria inclusión del femenino en todos los documentos” expresó el portavoz presidencial, Manuel Adorni.
De modo que hemos tenido un curso apasionante donde hemos hablado de lenguaje, de lenguas, del imaginario visual y del creado por las palabras y también de resistencia no violenta, porque el habla no se puede prohibir y tampoco el uso de un lenguaje inclusivo que va mucho más allá de la utilización de determinados signos o terminaciones. ¿Quién puede dar más?
Nuestro primer encuentro ha sido con Teresa Meana Suárez quien en su ponencia “Porque las palabras no se las lleva el viento. Reflexiones sobre el lenguaje” nos formuló preguntas imprescindibles como: ¿Cómo se enseña a ser niña? ¿Qué significa ocupar un lugar provisional en el lenguaje?
Teresa es una reconocida lingüista en el ámbito académico. En el año 2002 publicó un manual sobre un uso no sexista de la lengua, titulado “Porque las palabras no se las lleva el viento” que puedes leer en este enlace de la Universidad de Vigo.
Su conocimiento de la lengua castellana incluye también las formas del otro lado del Atlántico donde recorrió México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú. Bolivia, Argentina, Uruguay, Chile, y República Dominicana.
Aquí puedes ver dos breves fragmentos de su conferencia como parte de nuestras acciones en torno al 8M.
En este corte podéis escuchar la anécdota que ilustra la pregunta ¿Cómo se enseña a ser niña?
¿Todas las profesiones tienen un femenino? ¿Impide la lengua crearlos? ¿Por qué algunas profesiones se mencionan en femenino y otras en masculino? Hasta hace muy poco nos costaba admitir cancillera, presidenta ¿cuánto tardaremos en poder decir sargenta, generala, pilota?
Nuestra segunda ponente Josune Muñoz San José es filóloga vasca, experta en estudios e investigaciones de género. En 2004 creó el servicio Literario SKOLASTIKA en Bilbao, un centro cultural especializado en literatura femenina. Ha recibido el Premio Zirgari a la Igualdad 2022, concedido en el área de igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia.
Ella nos propuso el estudio no sólo de la palabra sino también del lenguaje visual en una ponencia que llevaba por título “Narrar: una manera de mirar el mundo” y nos ayudó a profundizar en algo, que dada nuestra profesión ya sabemos, pero a lo que quizás no prestamos suficiente atención ¿Qué cuenta nuestro cuerpo cuando contamos?
Durante hora y medía recorrimos el lenguaje verbal y visual de novelas gráficas, cómics, anuncios y otras formas de artes plásticas. Un recorrido por la objetivación de las mujeres, que resulta a veces tan violento como en este ejemplo:
Pero no nos quedamos ahí, Josune nos ofreció “avisos para navegantas” para aprender —desde la mirada feminista— a reconocer las señales que aparecen en los cuentos de tradición oral y que las mujeres que los contaban regalaban a sus compañeras, a sus hijas y nietas.
Hablamos de la antropóloga Dolores Juliano (Argentina, 1932) que ha investigado a fondo las estrategias culturales y de dominación de género contemporáneas y también los saberes y las prácticas de los colectivos oprimidos que les plantan cara. En su ensayo “El juego de las astucias. Mujer y construcción de mensajes sociales alternativos” (Editorial HORAS y horas, 1992) nos muestra las disidencias que aparecen en la tradición oral.
Josune nos invita a recuperar, analizar, teorizar y reivindicar la historia y las obras de las mujeres que nos precedieron, tal como puedes ver en este vídeo:
La tercera sesión estuvo a cargo de nuestra compañera de profesión Virginia Imaz Quijera. Ella fue maestra, es cuentera profesional desde 1986, y fue la primera presidenta de la Asociación de Profesionales de la Narración Oral en España, AEDA. Además desde 2002 colabora en la revista Artez de artes escénicas con un artículo sobre oralidad: Vivir para contarlo.
Tituló su espacio “Estrategias para la descolonización del imaginario colectivo” y nos ayudó, usando la pedagogía activa, a tomar conciencia de cómo nuestro propio imaginario está colonizado por las imágenes estandarizadas que, de manera continuada y desde el mismo nacimiento, estamos recibiendo por parte del patriarcado.
Virginia estudio filología hispánica, es Máster en Igualdad de Género y es una activista feminista. Recibió el Premio Emakunde a la Igualdad en 2017. Desde 2023, es parte de la Escuela Feminista de Artes Escénicas de Álava.
Con ella ejercitamos la mirada y nos adentramos en nuestro propio imaginario, el creado por las palabras, y en descubrir cómo lo que no se nombra, no se ve. Logramos reconocer la manera en la que la herencia patriarcal nos mantiene ancladas a unos estereotipos que ya no queremos asumir ni abrazar, pero que aún están presentes en nuestra mente y que aparecen cuando menos lo esperamos. Ejercitar la mirada interna nos ayuda a descolonizar el pensamiento, y por eso esperamos poder jugar a imaginar más veces, hasta quedar limpias de prejuicios de toda clase.
Virginia nos contó sus propias estrategias como narradora, por ejemplo ante historias que son claramente misóginas o misándricas, ella las descarta directamente pues no quiere hacer apología del odio en ningún sentido. Aquí puedes escucharla:
Aprendimos que el patriarcado nos ha obligado, a las mujeres, a ser bilingües en esto de la comunicación, lo que puede suponer una ventaja para la empatía, pero es más deseable un mundo en el que la empatia no dependa del sexo con el que naces, o de estar en una situación de desventaja social.
Terminamos el miércoles 28 de febrero junto a Paula Carbonell, también compañera de AEDA, narradora y escritora, que nos llevó de la mano por la práctica del lenguaje inclusivo. Fue la suya una sesión absolutamente interactiva pese a la dificultad del formato digital, y consiguió que las personas participantes pusiéramos palabras inclusivas en nuestro discurso. Esta formación se hizo bajo el título de “En el laberinto o ¿cómo contar con lenguaje inclusivo?”. Su propuesta es empezar a nombrar de otra manera:
Paula cursó estudios de Filología Románica en la Universidad de Valencia, finalmente se licenció en Humanidades en la Universidad de Castilla-La Mancha y es Máster en Promoción de la Lectura y Literatura, y Máster en Igualdad de Género (UCLM).
Para cerrar estos cuatro días de formación Paula nos dejó esta definición amorosa de lenguaje inclusivo: “Es un lenguaje respetuoso y cuidadoso. Aquel que pretende hablar de las mujeres en la misma proporción que habla de los hombres, ni más, ni menos. Es el lenguaje que antepone las ideas a la tradición y la fuerza de la costumbre”, puedes escuchar su definición completa en este corte de su ponencia, que fue en realidad un laboratorio de investigación:
Tienes más información sobre estas cuestiones de las que habla Paula en este artículo publicado en nuestra web.
Desde el GT "Informe Carter" valoramos positivamente el esfuerzo realizado, nuestras ponentes nos han llevado de la mano por un camino enriquecedor, aunque lleno de obstáculos, y lo han hecho desde la teoría a la práctica, lo que nos ayuda a tomar conciencia de la historia del lenguaje, su lógica y los usos políticos que se hacen de la lengua y de otras formas de comunicación, pero no solamente. Esta formación también nos ha dado herramientas para trabajar en el día a día construyendo con nuestras palabras ese mundo justo con el que soñamos donde todas las personas tengan su espacio de respeto y elección.
La experiencia nos deja tan buen sabor de boca gracias no solo a las magníficas ponentes, también a la buena acogida por parte de personas de AEDA y no de AEDA, que se han inscrito para compartir. Por ello amenazamos que, más pronto que tarde, volveremos con más propuestas reflexivas y participativas.
Carmen Ibarlucea, de GT "Informe Carter"