La literatura ha sido una fuente constante de material para la narración oral, siendo la adaptación de cuentos y novelas una de las formas más comunes de puesta en escena. De hecho el deseo de escribir cuentos propios para contarlos al público se convierte en un ejercicio de creación literaria para muchos narradores orales, teniendo en cuenta otras formas de creación no escritas que también son puestas en escena. Una de tantas formas es la improvisación.

La improvisación es una posibilidad escénica de gran versatilidad que permite explorar en la escena. Francisco Garzón Céspedes en su texto Oralidad, narración oral y narración oral escénica dice: “La improvisación es una posibilidad del teatro. En el teatro, la reinvención suele existir sólo por la vía de la improvisación (…) La reinvención es esencia misma del arte de narrar, inseparable de ese acto. La improvisación es una de las formas supremas de la oralidad, directamente vinculada a la invención”.

La improvisación teatral, como tal, tiene su inicio en la Comedia del Arte en el siglo XVI. En el siglo XX varios directores de teatro usaron la improvisación en entrenamientos y audiciones, derivándose también de estos ejercicios el sociodrama y el psicodrama, usados ampliamente en la psicoterapia. Con el tiempo empezaron a usarse aportes del público para representar sketches improvisados, sin embargo se sugiere que la improvisación teatral moderna viene de los juegos escénicos de Viola Spolin en los años cuarenta y Keith Johnstone en los años cincuenta. Estos dos personajes se encargaron de teorizar acerca de la improvisación y establecieron unas bases para el desarrollo de diversas propuestas que han derivado en la aplicación de esta técnica en muchas áreas.

Los acercamientos a la improvisación desde la narración oral fueron inicialmente experimentos para aplicar ejercicios de escritura creativa desde la oralidad, así fue como se hicieron evidentes las posibilidades escénicas de esta forma de creación narrativa. De hecho recientemente la improvisación teatral ha tomado bastante de la propuesta narrativa de la oralidad para aplicarla en proyectos unipersonales.

La propuesta de improvisación está basada en una serie de conceptos que pueden ser aplicados a todos los aspectos de la vida, en este caso particular a la narración de historias. Escucha, atención, aceptación, no juzgar, trabajo en equipo son algunos de los elementos que desde un acercamiento práctico se trabajarán en el módulo de improvisación, con la intención de repensar las posibilidades de puesta en escena de los cuentos.

Karla Sepúlveda

Profesora en la Escuela de Verano de AEDA 2014