Narrar en mercados medievales: cuando no queda otra que ser juglar
La narración oral en eventos en los que se reproduce la vida medieval, renacentista o barroca, sean recreaciones más o menos fidedignas, sean mercados con fines turísticos, puede realizarse de dos maneras:
- Como una sesión que comienza a una hora determinada en un lugar definido, con uso o no de voz amplificada.
- Como animación, en la que el narrador, moviéndose libremente por el territorio del evento y sin uso de voz amplificada, realiza pequeños pases cuando considera que hay público y ambiente adecuados.
En el primer caso nos encontramos con una sesión semejante a la realizada en cualquier otro evento o festival relacionado con el género: hay un espacio dispuesto para el acto de narrar, un horario, hay público informado y hay expectativa.
En segundo caso, el acto de narrar en mercados medievales nos pone ante la consideración de la narración oral como juglaría. Además, en este caso no suele haber expectativa en el público, el espacio para narrar no está decidido de antemano y la duración es indefinida. El público fluctúa, de manera que el repertorio tiene que adaptarse a la situación, sobre todo si hay niños y niñas.