Después de mucho buscar he logrado contactar con dos narradoras que desde diferentes latitudes están desarrollando proyectos con mamás embarazadas. Son dos apuestas extranjeras: Lluvia de luna, que se gesta en Alemania de la mano de una narradora venezolana, Ariadna Sánchez Széplaki; y Mamushkas, interesante proyecto en pleno desarrollo en Argentina, a cargo de la narradora Larisa Cumin. Hemos logrado conversar con ambas para conocer un poco más de cerca sus propuestas.

Conversamos con

Ariadna Foto
Ariadna Sánchez Széplaki
Lluvia de Luna: Programa de Acompañamiento a mujeres embarazadas y familias.

¿Cómo surge la idea de trabajar con mamás embarazadas?

Esta idea nace como parte de mi andadura y formación:

Soy Licenciada en Educación preescolar con una especialización en primera infancia. Estando en la universidad me tocó realizar el servicio comunitario y mi profesora de literatura infantil, Sashenka García, nos propuso realizarlo en el Banco del Libro en Caracas-Venezuela. Allí conocí a Evelyn Torres, quien tenía un proyecto con bebés y otro con madres embarazadas.

Yo me enamoré del trabajo con mujeres embarazadas y con los cuentos desde el vientre materno.

Más tarde, la vida me llevó a conocer a Pilar Vizcaíno, fundadora y miembro de la ANEP, especialista en Educación Prenatal, y ese fue mi primer acercamiento al mundo prenatal. Mi tesis de grado la realicé sobre vínculos afectivos en el vientre materno gracias a ese acercamiento que tuve con Pilar.

También, en la Universidad, conocí a Armando Quintero, narrador uruguayo, quien contaba cuentos en ella, en las salas de clases, en los patios, en los pasillos. Fue una experiencia maravillosa y posteriormente me formé con él como narradora.

Luego de graduarme, me formé como Doula en Aquamater, y paralelamente seguía en contacto con Evelyn Torres, aprendiendo.
Todo esto fue despertando mi amor por los cuentos, y me inspiró en realizar este Programa de acompañamientos a las madres y las familias.

Así, desde el año 2013 con familias, y desde el 2015 con mamás embarazadas, acompaño a través de los cuentos narrados. Y amo lo que hago.

 

¿En qué consiste tu proyecto?

Mi proyecto, Lluvia de Luna, consiste en un Programa de Acompañamiento a familias a través de los cuentos, desde la preconcepción hasta la primera infancia.

Es un ciclo que considera varias sesiones. Y pueden inscribirse parejas o mamás desde el momento que tienen la idea de concebir.
Cuándo es grupal trabajo con 4 parejas, y las sesiones duran aproximadamente 3 horas.

Cuando es individual nos podemos extender un poco más, esto va a depender de la dinámica, el interés y la entrega de cada familia.

Todas las sesiones varían mucho una de otra, aunque sea el mismo ejercicio. Cuándo era posible realizar actividades presenciales, dejaba todos los elementos preparados para que las familias pudieran explorar y trabajar con la que más se sintieran a gusto. la curiosidad les hacía probar todos los recursos que había y quedaban muy contentos. Las risas nunca faltaban. Online es distinto. Les dejo un documento del taller, que las familias pueden descargar, y les voy a acompañando para que realicen los ejercicios. Hay algunos que realizan solos y solas, otros que los hacemos cuando estamos todos y todas juntas. Varía mucho la dinámica dependiendo del grupo o de la familia que acompaño, y voy adaptándome a la familia de manera integral.

El programa está formado por las siguientes variantes:

Luna Nueva : acompañamiento desde la preconcepción.

Luna Gestante: acompañamiento en el embarazo

Cachito de Luna: acompañamiento en el postparto.

Duelo gestacional: acompañamiento que se realiza dos veces al año y con el apoyo de otras dos profesionales y mujeres maravillosas.

Además, trabajamos con el cuento Mi bebé de agua, de mi propia autoría.

Lluvia de Luna: Acompañamiento durante la primera infancia

Picnic de cuentos: diferentes maneras de contar cuentos.

Ruta Afectiva: diferentes maneras de vincularse afectivamente con toda la familia, entre ellas hay una estación de cuentos.

Lonchera escolar/Viandas/ Colaciones: porque estando en el aula de preescolar he podido observar los desayunos de los pequeños y pequeñas en el cole y la alimentación creo que es super importante en todas las áreas de nuestra vida, además en los niños y niñas de cómo se alimentan influye en su aprendizaje.

 

¿Por qué contar a mamás embarazadas? ¿Cuáles son tus objetivos?

Porque estoy convencida que los cuentos reforzarán el vínculo afectivo con él o la bebé que va a nacer, y esto es lo que busco que suceda con mi hacer.

“El arte de contar cuentos surge desde que el hombre es hombre, se transmite de generación en generación por medio de nuestra cultura.
En la primera infancia las rimas, canciones y arrullos son un acercamiento a la lectura; los niños se vuelven lectores en el regazo de sus padres”
Extraído de: https://www.lluvialuna.com/narrativa-en-la-primera-infancia/
Aquí hay un enlace que me gusta mucho , habla sobre los derechos de la lectura en los niños y niñas, tiene desde la A hasta la Z. 

 

¿Qué recursos de la narración oral utilizas?

La voz y el cuerpo como herramientas fundamentales. Luego, puedo apoyarme en títeres, una manta para contar cuentos, sábanas, cintas, objetos y material que elaboro para contar los cuentos y/o algunas rimas. Tengo una cuidada selección de cuentos, sobre todo de Ekaré y Fondo de Cultura Económica. Utilizo también cuentos de mi autoría.

 

¿Alguna experiencia que compartir?

Mi propia experiencia con mi sobrino. Desde la panza, más que contar cuentos jugaba con mi sobrino. Le decía “Holvan Attila” que en húngaro significa “dónde estás Atila” Lo buscaba por toda la panza y él me respondía con pataditas. Cuando nació le hacía masajitos, le contaba cuentos con el cuerpo, canciones y ahora en cada cumpleaños le escribo un cuento. Nos separan océanos y kilómetros, pero estamos cerquita a través de los cuentos.

 

Ariadna Sánchez Széplaki

Licenciada en Educación Preescolar por la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela. Especialista en Educación Temprana, por la Universidad Metropolitana. Fundadora de Lluvia de Luna. Doula prenatal y posnatal, Educadora Prenatal y Consejera en Lactancia Materna.

 

 

Conversamos con

Larisa Foto 1

Larisa Cumin

Proyecto Mamushkas, Taller de acompañamiento poético a embarazadas y puérperas.

 

¿Cómo surge la idea de trabajar con mamás embarazadas?

La idea surge cuando estaba embarazada de Fermín, de mi bebé que ahora tiene un año y medio. Mientras lo gestaba, gestaba ideas. Un poco como resultado de estar más introspectiva. Una vez fui a ver a mi obstetra y éste me preguntó qué estaba leyendo. El libro que llevaba conmigo era un poemario de Olga Orozco, y en ese momento pensé que debía llevar otro tipo de lectura. entonces, llegó a mis manos el libro ilustrado “EL Menino” de Isol, que cuenta la llegada de un bebé. Cuando comenzamos con los cursos de preparación al parto me di cuenta que los materiales de estas actividades estaban estaban muy desfasados en cuanto a poética. Y, cuando le llevé mi obstetra el libro de Isol le gustó mucho para poder trabajar con familias y los futuros padres. A partir de ahí se gestó en mí la idea de preparar un taller de acompañamiento.

 

¿En qué consiste el proyecto?

Son talleres de 4 encuentros donde reúno a mujeres embarazadas y mujeres con bebés recién nacidos. De una hora, hora y media cada sesión. Donde compartimos literatura de temáticas prenatales y primeros días del bebé. Aparece literatura muy variada, porque algunos títulos están destinados a la infancia, pero también hay lectura y textos poéticos destinados al adulto. Trabajo con poesía, con nanas y canciones de cuna y también con recuerdos y relatos familiares y heredados. En los talleres se busca generar espacios de conversación y diálogo sobre las emociones que se están viviendo en los procesos personales de cada madre, ya sea gestante o puérpera.
Mi proyecto cobró más fuerza y forma a partir de la pandemia, en la que muchas mamás se han quedado más aisladas y solas. Es un taller que actualmente se imparte de manera virtual. También, en los talleres propongo consignas de escritura y eso permite que algunas mamás traigan sus propias creaciones escritas.

 

¿Para quién está dirigido?

Es un proyecto destinado a la madre, porque sentí en algún momento que las madres en esa espera como que se quedan un poco solas. Como que los discursos se orientan más a pensar en los bebés y la mamá se queda sin quién la cobije, sin “apapachar” (abrigar). Pero, también está destinado al bebé. Porque las madres tienen inquietudes acerca de cómo nutrir con palabras a sus hijos que vienen en camino.
Aunque no he dispuesto un periodo concreto de gestación para participar de la actividad, la gran mayoría de las madres que lo han vivenciado se encontraban en su semana 30 de gestación.

 

¿Cuál es tu formación? Y, según esto, ¿has necesitado alguna formación adicional?

Me valí de mi propia formación en narración oral y escritura creativa. Además, tengo una especialización en lectura y escritura en educación, que me dio múltiples herramientas para realizar talleres. Dentro de esta formación que yo ya tenía, puse especial atención en algunos de los planteamientos que Yolanda Reyes señala en su libro “La casa imaginaria” en relación a la importancia de esa nutrición cultural que le podemos dar al bebé desde la panza. Sigo indagando y encontrándome con nuevas cosas, pero desde mi formación siento y sé que la palabra poética acompaña, quizás por eso este nombre de acompañamiento poético que le he dado a mi propuesta. La palabra ayuda, protege, envuelve, algo que me parece muy necesario de compartir.

 

¿Cómo seleccionas tu material?

Realicé una selección y armé series que incluyen textos diversos en cuanto a los géneros, pero similares en las temáticas en relación a la maternidad, el lugar de las mujeres en la narración de historias, la espera, los bebés. Hice una selección poética, pero también hay textos narrativos.
Autoras como Roberta Lannamico, María Teresa Andruetto, Laura Witner, Marina Yuszczuk, por nombrar algunas.
Junto a esta selección están los textos que las propias madres participantes escriben y deciden compartir. Este es un espacio muy importante. Se recupera la historia personal y la heredada.
Cuando estaba pensando en la selección de textos, reflexioné en que la escritura y la literatura eran de una manera una forma de transmisión cultural. Y sentí que el proyecto se convertía en un colectivo mayor, porque están las voces que ingresan al taller a vivenciarlo y las otras voces que a través de sus libros nos dan a conocer sus emociones. Como anécdota a esta reflexión puedo contar que cuando estaba por comenzar mi taller, se enteró de él una escritora argentina que acaba de publicar un libro sobre puerperio y me envió sus poemas para que los incluyera en el taller. Eso me hace sentir que este es el inicio de una construcción mayor.

 

¿Qué recursos de la narración oral utilizas?

Utilizo la voz y mi cuerpo que acompaña a la narración. Comparto libros y también alguna selección de materiales, principalmente poemas, que les envío en archivos, como una manera de estar presentes, acercando material de manera digital, debido a la imposibilidad de lo presencial. Hacemos juntas un recurso que les servirá luego con sus hijos, como un regalo que se llevan todas, hecho por ellas mismas.

 

¿Qué no debe faltar?

Lo lindo de los talleres es que son espacios de construcción colectiva entonces, más que un taller donde sólo yo narro, la voz está habilitada a todas las mamás que participan. Y es hermoso lo que sucede con las experiencias y los recuerdos a los que cada una puede llegar. En esta experiencia, por ejemplo, hay una mamá que es nutricionista y ella estaba muy interesada en pensar una nutrición que sea más allá del alimento, sino también la nutrición de las palabras y la poesía, y ella buscaba acercarse a eso. Después, había una mamá que era música, que sabía mucho de música en la gestación y en la primera infancia. Entonces, cuando yo hablaba de la poesía y yo planteaba cosas en relación al ritmo y de la importancia de los sonidos para envolver y sentirnos protegidas nosotras y también el bebé, ella aporta desde la música. Entonces me parece que lo que no puede faltar es la voz de las que participan. Y así el taller se arma como algo que nos potencia a todas, en esa construcción colectiva.
Es importante para mí, generar en el taller un espacio donde puedan leer sus producciones cuando las van haciendo. Y, por ejemplo, me ha pasado con una mamá que está en un momento muy particular de este, su segundo embarazo. Con la pandemia está con la primera bebé en casa todo el día, porque no la puede llevar a la guardería y, además, hay una obra en la propia casa, por lo que ella sentía que este segundo embarazo le estaba costando más conectar y ha sido desde la escritura en que ha sido posible generar esa conexión y vínculo con su bebé gestante.

 

Larisa Cumin nació en Santa Fe en 1989, actualmente reside en Mar del Plata.

Es Profesora de Letras (UNL), Magíster en Escritura Creativa (UNTREF) y Especialista en Lectura y Escritura en Educación (Flacso) y narradora oral. Se dedica a escribir, narrar cuentos y dictar talleres de escritura y narración.

Publicó los libros de poesía: La Gran Avenida (Vera Cartonera, Santa Fe, 2020), La escapista (Club Hem, La Plata, 2018), Flaquito (Corteza Ediciones, Santo Tomé, 2014) y Ela Acorda (Cooperativa Editorial 4ojos, Santa Fe, 2015). Fue premiada como poeta por la bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2017. Integra las antologías: Van Llegando, Premio Poesía Bienal (Mansalva, Bs As, 2017), Poetas centro del CFI, Martes Verdes Federal, entre otras. Ha colaborado con crónicas y reseñas para distintos medios como Bazar Americano, Op. Cit y Periódico Pausa. Integra el grupo de difusión de poesía para las infancias Poeplas y dirige la colección de crónicas Quiloazas de Vera Cartonera (UNL/ CONICET).
Como narradora oral realiza presentaciones para adultxs y chicxs en distintos centro culturales, escuelas y ferias del libro; comparte su trabajo en Youtube e Instagram como Larisa Tejecuentos.

 

Estas entrevistas fueron realizadas y transcritas por Carolina Paz Barreira y

forman parte del Boletín n.º92 - Escuchar cuentos antes de nacer