Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Mario CosCharraire cuenterasCharo Jaular y Gloria Sagasti.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

En abril de 2004 es cuando hago oficialmente mi primera sesión de animación a la lectura, dentro de la cual además de otras cosas (juegos, adivinanzas, lecturas…), se llevaba a cabo la narración de un cuento como colofón final de la sesión.

Durante muchos años formé parte de una empresa que trabajaba con editoriales que vendían libros de lectura a los colegios y como contraprestación, estas podían regalar o bien una sesión de cuentos, o bien una sesión de animación a la lectura. En ambos casos las sesiones estaban estrechamente vinculadas al libro vendido, ya fuera por la temática o por las actividades lúdicas que el libro en sí pudiera sugerir.

Cuando me independicé de la empresa empecé a ofrecer mis propios espectáculos a editoriales, que iba elaborando sin la necesidad de tener que ceñirme a un material en concreto, pero teniendo siempre en cuenta la narración oral y su vínculo con el mundo de la lectura. Y ahora, son muy pocas las veces que trabajo con editoriales escolares y muchas más las que trabajo con editoriales que se implican en la edición del libro, que cuidan el papel, la portada, la ilustración y el texto de forma minuciosa. Con estas  yo también me implico y cuido mucho más mi trabajo. Cuanto más respeto tiene una editorial por el libro, más dedicación y entrega me inspiran.

 ¿Para qué edades cuentas?

Cuento para todas las edades, para todos los cursos de infantil y educación primaria. Durante una época, conté también para secundaria. Esto último es ahora menos frecuente en mi caso.

He de añadir que últimamente, con la editorial que estoy trabajando, las sesiones están dirigidas a público familiar en lugares que no tienen las edades acotadas, como por ejemplo, en librerías.

¿Qué le aporta al narrador principiante, narrar para editoriales?

Mucho recorrido, mucho público concentrado por edades, mucha experiencia, mucha asertividad, la oportunidad de conocer muchos libros, mucho ensayo-error, mucha creatividad, mucha capacidad de improvisación, mucha visibilidad y mucha despreocupación en el caso de la autoventa: O sea, mucho.

¿Qué le ofrece al narrador ya consolidado trabajar para editoriales?

Trabajo, buen público, comodidad en cuanto a la distribución. No tienes que agotar tus esfuerzos ofreciendo tus espectáculos una y otra vez, sino que son los comerciales los que se ocupan de ello. No obstante, aunque te ahorres trabajo previo, las palizas de coche y la cantidad de sesiones que se hacen son agotadoras. En mi caso, las editoriales escolares tienden a condensar en una mañana muchas sesiones.

¿Cuentas también al margen de las editoriales?

Sí, antes narraba un 90% a través de editoriales, ahora es muy poco el trabajo que llevo a cabo con ellas, un 10%, y siempre para editoriales que trabajan con librerías, de un modo muy diferente a como se funciona en los centros escolares. Además, ahora cuento con el tiempo y la remuneración necesaria para montar algo concreto y conciso, y con libros que me gustan.

¿Qué diferencias existen entre contar para editoriales y trabajar como narrador independiente en lo referente al repertorio, a la preparación del cuento, al público, a la entidad para la que se trabaja...?

Con editoriales, conoces fondo, libros nuevos que te sorprenden; exprimes tu creatividad para sacar partido a libros en los que quizás, de otro modo, no te habrías fijado; amplías tus recursos, pero, en contrapartida, los tiempos de creación son limitados. Esto sucede cuando las editoriales me exigen un trabajo personalizado. Si me piden una sesión mía, funciona de otro modo: ellos la distribuyen, pero por lo general, a precios más bajos puesto que te ofrecen bastante volumen de trabajo.

Trabajar como narradora independiente te da otro tempo y otro ritmo; eliges en cada momento lo que quieres; gestionas con el cole tranquilamente tus necesidades y dices que no cuando te apetece; estableces tus límites donde crees oportuno.

Trabajando para terceros, es más complicado, entras dentro de un entramado comercial en el que eres un objeto de intercambio. Eso resta libertad, pero da sustento, mucho sustento. Como narradora independiente, es difícil encontrar tanto trabajo, ya que en las editoriales los comerciales hacen la labor de venta por ti. La libertad tiene su precio. Lo importante es que empiecen a valorar tu trabajo y que encuentres editoriales que lo respeten.

Para trabajar como narradora independiente, hace falta tener más experiencia y confianza, y ¡no tener miedo!

¿Qué le reporta a las editoriales el hecho de tener narradores en su plantilla?

Una visibilidad mayor de su catálogo; vincular los libros a una experiencia lúdica que permita fijar el recuerdo de los mismos en la memoria emocional del público. Lo alumnos asocian el libro y la lectura con la animación realizada, lo que conlleva un refuerzo positivo que los hace guays. Y, por supuesto, les reporta más ventas.

Si trabajas para diferentes editoriales, ¿existe una forma particular y diferenciada en cada editorial de plantear la organización, la función y los objetivos de la narración oral o por el contrario, los planteamientos en todas son muy similares?

Durante el tiempo que llevo dedicándome a esto he trabajado con 10 editoriales distintas. A todas les he ofrecido una función personalizada, elaborada a partir de libros que aparecen  en sus respectivos catálogos. Sin embargo, cuando lo que les llevo es un espectáculo de mi propia creación, no se lo propongo a todas, sino que una sola tiene la exclusiva, es decir, si un colegio quiere ese espectáculo, sólo puede optar a él a través de una determinada editorial. Eso sí, el objetivo en todos los casos es siempre el de fomentar la lectura.

¿Qué le pedirías a las editoriales que incluyeran o, por el contrario, eliminaran de sus planteamientos, expectativas... para mejorar las condiciones de trabajo, la recepción de las sesiones, la visibilidad del oficio...?

Les pediría que dejaran a un lado sus pensamientos mercantilistas y de consumo y vincularan la animación con un objetivo más humano, ya sea porque estimula la pasión por la lectura o porque desarrolla la creatividad. Eso también genera ventas, y, al mismo tiempo, da un poquito más de calidad humana. De este modo, una se siente menos objeto y todos ganamos en satisfacción.  Aunque, hay excepciones. Mi madre es comercial en una editorial y ella es estupenda. Si no fuera así, no andaría por estos lares.

¿Qué opinas sobre la vinculación entre narración oral y animación a la lectura? ¿Y entre sesión de narración y libro?

La narración oral sin usar un libro, ni mostrarlo, ni mencionarlo, sin nombrar escritores, ilustradores… puede darte herramientas que estimulen a la lectura, por supuesto, puesto que ayuda a ampliar la capacidad imaginativa, a mejorar la concentración…, pero es más difícil que te haga levantar de la silla a buscar un libro. Si queremos que la narración oral anime a leer, hay que hacerlo con conciencia.

Confieso que yo no podría ser narradora si no hubiera libros. Todo lo que cuento sale de los libros, aunque, paradójicamente, sea en muchos casos tradición oral. Procuro manifestar siempre agradecimiento a los libros. Y creo que esa admiración que siento por ellos también se contagia y, de algún modo, anima a la lectura. No solo cuento cuentos, también cuento lo que leo, mi intriga, mis nervios porque acabe la historia o porque continúe, mi tristeza, mi alegría. Muchas veces lo que nos anima a hacer algo es el sentimiento que, sabemos, generó en otros. Cuando alguien te cuenta lo rica que le salió tal receta, quieres probarla, siempre que tenga los ingredientes que te gustan. Por eso, en el terreno de la narración oral como vehículo para la lectura, yo aconsejo que se conozcan muchos ingredientes, o al menos que los que se utilicen, se conozcan en profundidad para no generar efectos secundarios o intolerancia.

¿Por qué las editoriales para lectores adultos no tienen en cuenta la narración oral del mismo modo que las enfocadas para público infantil y juvenil? ¿Crees que deberían hacerlo? ¿Cómo?

En el público infantil y juvenil hay un comercio establecido, el de los colegios e institutos. Ventas y más ventas, aseguradas. El colegio tiene que comprar libros y la editorial ofrece narración oral y animación a la lectura para mejorar sus dividendos.

En el caso de los adultos, los mecanismos de venta deben ser distintos.  Prefieren animar a comprar directamente, porque de lo contrario no entiendo por qué las editoriales no nos llaman. Quizá no conozcan la narración oral.

Una forma estupenda de trabajar para adultos sería haciendo sesiones de narración oral en librerías. El contenido de estas sesiones consistiría en contar pasajes de ciertos libros, la historia de por qué se escribieron, alguna anécdota de la biografía del autor, para ir abriendo el apetito. Y, por supuesto, nunca contar el final. Se pueden hacer mil cosas, claro.

Por último decir que hay editoriales que sí, son maravillosas.

A esas por confiar en nuestro trabajo,  simplemente les doy las GRACIAS.

 

Alicia Bululú