Paula Carbonell entrevista a Isidro Ferrer para el Boletín n.º 29 de AEDA.

 

Esta no es una entrevista al uso porque el entrevistado no es un tipo al uso, con veintidós premios en su haber, entre ellos: el Premio Lazarillo 1996, Premio Nacional de Diseño 2002, Premio Nacional de Ilustración 2006 o el European Design Awards en 2008, Isidro Ferrer sigue tomándose cervezas como si tal cosa y además colecciona las etiquetas, etiqueta piedras, hace fotos que solo él entiende y mira el mundo con una curiosidad insaciable para después tallar realidades y convertirlas en sueños (incluso en sueños rotos).

Es un tipo afortunado, incluso si la fortuna siempre es relativa, que se lo digan a él. Isidro disfruta con lo que hace y se nota; en realidad los afortunados somos los que tenemos la suerte de deleitarnos con su trabajo y con sus reflexiones y de conversar con él.

Comenzamos el cuestionario.

IsidroFerrerFoto tomada de aquí.

Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Alicia BululúCharraire cuenterasCharo Jaular y Mario Cos.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

Comencé hace tiempo. Fue algo casual, alguien que se pone enferma, que conozco de casualidad y que me ofrece sustituirla.

¿Para qué edades cuentas?

Al principio sólo lo hacía para infantil, luego se añadió primaria. Con otra editorial comencé con chicas y chicos de la ESO y bachiller y con una tercera empecé a trabajar también con el profesorado.

¿Qué le aporta al narrador principiante narrar para editoriales? 

Basándome en mi experiencia, creo que la aportación principal en los comienzos es el rodaje. Aunque hay más, la búsqueda de conexiones con la lectura, los recursos que vas encontrando y que te vas inventando para que la actividad quede bien, por un lado, y para que el alumnado disfrute de la sesión, por otro.

¿Qué le ofrece al narrador ya consolidado trabajar para editoriales?

Una vez que te conocen y que confían en ti, te ofrece la posibilidad de “experimentar”, de llevar a cabo proyectos que quizás sería difícil desempeñarlos de otra forma. También te ofrece “contactos”.

Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Alicia Bululú, Charraire cuenteras, Charo Jaular y Gloria Sagasti.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

En el año 2006

¿Para qué edades cuentas?

Para las editoriales, infantil y primaria de 3 a 12 años; en el resto de ámbitos de 3 a 107. De 0 a 2 pueden venir a la sesión y muscular la escucha, pero no cuento explícitamente para ellos. Esta pregunta me está haciendo reflexionar. Lo de los 107 está testado, la sesión se celebró en su honor.

¿Qué le aporta al narrador principiante narrar para editoriales?

Te contaré lo que me ha ofrecido a mí:

En lo técnico: La toma de conciencia de qué espacios son adecuados para lo que hago y cuáles no. El gimnasio del colegio no lo es. También saber a qué número de personas, como público cautivo, puede llegar mi propuesta sin perjudicar la calidad de escucha en el auditorio.

Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Alicia Bululú, Gloria Sagasti,Charo Jaular y Mario Cos.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

Fue allá por el año 98, cuando el director regional de la delegación de Aragón de la Editorial Edelvives, nos invitó a presentar un proyecto dirigido al ciclo de infantil. Necesitaban cuentacuentos para dicha edad. Preparamos una serie y les gustó tanto, que desde entonces no hemos dejado de colaborar. Al principio éramos dos y realizábamos encuentros en las escuelas del territorio aragonés. A partir del año 2001 comienzo mi andadura en solitario, esta vez a nivel nacional y en exclusiva.

¿Para qué edades cuentas?         

Principalmente infantil, de 3 a 5 años, en educación infantil (0-3 y 3-6) y primaria. Y esporádicamente, en secundaria.

¿Qué le aporta al narrador principiante, narrar para editoriales? 

Experiencia, rodaje, herramientas, material, oportunidades, impulso para continuar creando y desarrollando esta labor. Siempre digo: cuando empecé se me comían con patatas, ahora me los como yo.

Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Alicia BululúCharraire cuenteras, Mario Cos Gloria Sagasti.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

Comencé hace 8 años.

¿Para qué edades cuentas?

Desde infantil a secundaria.

¿Qué le aporta al narrador principiante narrar para editoriales?

Le aporta muchas tablas, poder mostrar su trabajo y limarlo y, sobre todo, al tener oyentes tan variados en una misma mañana, desarrollar mucha escucha hacia el público.

¿Qué le ofrece al narrador ya consolidado trabajar para editoriales?

Le ofrece estabilidad y asegurarse un número importante de sesiones al año; poder probar las nuevas propuestas que va elaborando; también contrataciones nuevas.  Me ha pasado que a veces los profesores que me escuchan me contratan para contar en sus entornos, hablan de mí a sus concejales de cultura o a asociaciones culturales, o, si cambian de escuela, me llevan para que cuente a sus nuevos alumnos. Así me han salido muchos bolos en estos años.

Charo Pita realizó una misma entrevista a varios narradores y narradoras que contaban habitual o puntualmente para editoriales, tema del boletín nº 28 de febrero de 2015 de AEDA. ¿Quieres comparar respuestas? Aquí puedes leer las de Mario CosCharraire cuenterasCharo Jaular y Gloria Sagasti.

 

¿Cuándo empezaste a contar cuentos para las editoriales?

En abril de 2004 es cuando hago oficialmente mi primera sesión de animación a la lectura, dentro de la cual además de otras cosas (juegos, adivinanzas, lecturas…), se llevaba a cabo la narración de un cuento como colofón final de la sesión.

Durante muchos años formé parte de una empresa que trabajaba con editoriales que vendían libros de lectura a los colegios y como contraprestación, estas podían regalar o bien una sesión de cuentos, o bien una sesión de animación a la lectura. En ambos casos las sesiones estaban estrechamente vinculadas al libro vendido, ya fuera por la temática o por las actividades lúdicas que el libro en sí pudiera sugerir.

Cuando me independicé de la empresa empecé a ofrecer mis propios espectáculos a editoriales, que iba elaborando sin la necesidad de tener que ceñirme a un material en concreto, pero teniendo siempre en cuenta la narración oral y su vínculo con el mundo de la lectura. Y ahora, son muy pocas las veces que trabajo con editoriales escolares y muchas más las que trabajo con editoriales que se implican en la edición del libro, que cuidan el papel, la portada, la ilustración y el texto de forma minuciosa. Con estas  yo también me implico y cuido mucho más mi trabajo. Cuanto más respeto tiene una editorial por el libro, más dedicación y entrega me inspiran.

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Estibi Mínguez y Pep Bruno entrevistan a Laura Packer, narradora estadounidense, para nuestra web

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Para comenzar, cuéntanos algo sobre tu trayectoria personal: ¿cuándo empezaste a contar y por qué?

Empecé a contar historias de niña. Mi madre era bibliotecaria en la sección de infantil de una biblioteca y mi padre era escritor, por lo que estaba rodeada de historias. Empecé contando a mis amigos las historias que mis padres me contaban.

Cuando fui a la universidad me saque el grado en folclore y mitología. En la universidad conocí a un hombre llamado Brother Blue, era un cuentacuentos alucinante. Le oí contar y pensé que yo quería hacer eso. A los 25 encontré un sitio donde narrar y empecé a contar. En unos años contaba profesionalmente y ya nunca he parado.