¿Quieres que te cuente?
Como cuentera en proceso de formación, la búsqueda incesante y el aprendizaje continuo son el pan de cada día. Durante estos años, en ese ejercicio de exploración, de análisis, de profundización en el mundo de la literatura infantil y juvenil y de la narración oral han sido muchos los contenidos que me han atropellado en el camino. Y digo atropellado porque vienen y voy a gran velocidad y muchas veces me sobrepasan, siguen corriendo mientras yo permanezco. Son básicamente información e ideas en torno a teoría y práctica sobre LIJ, en torno a la historia de la narración, a los infinitos estilos que definen a los narradores, a la decisión personal de para qué contar, por qué, cómo, qué seleccionar y un largo etcétera.
Esos atropellos han dejado marcas en la carretera y desde hace unos años esas huellas quedan expuestas y abiertas en el blog ¿Quieres que te cuente?, por si alguien quisiera acercarse a curiosear.
Personalmente, el ritmo vertiginoso de los días dificulta mi proceso de reflexión. Aprovecho los trayectos en coche, alguna charla con compañeros, amigos, pareja, un café antes o después de una sesión… y en esos impasse de tiempo me permito detenerme a analizar o más bien las ideas me detienen para autoanalizarse sin mi permiso y me descubro entendiendo certezas que no sospechaba y lo mejor: dudas que no sabía que albergaba.



