Estar presente
Entiendo el arte de contar historias de viva voz como una conversación en el aquí y el ahora.
Un encuentro en un lugar y hora determinados para entablar un diálogo con los asistentes.
Para favorecer el encuentro lo primero es conocer el lugar donde se realizará la actividad, ver si está preparado de una manera adecuada a las necesidades de quien cuenta, y tenerlo todo listo a la hora de empezar a recibir al público. Esto parece quizás demasiado obvio, pero prefiero empezar por el principio.
Preparado satisfactoriamente el lugar, la persona que cuenta se prepara también para la tarea y toma una decisión que me parece importante:
¿Cómo comenzará su relación con el público? ¿Lo recibirá o se mantendrá oculto hasta que la gente esté instalada?
Ya sea desde el mismo lugar que el público o desde el camerino, la persona que cuenta entra en el espacio específico donde se ubicará para contar las historias. Aunque ya se haya determinado la relación con el espacio, la persona que cuenta entra, llega, elige el lugar donde se ubicará o confirma que la ubicación elegida es la correcta, se ubica y se instala para continuar con la tarea.