La más antigua y poderosa emoción
Ánxel Fole: “Os contos da néboa”
Literatura de terror y oralidad
Puestos a hablar sobre la literatura de miedo o de terror habría que comenzar por tener en cuenta que la primera relación que existe entre la literatura y las historias de miedo se da en ese punto en el que ambas cosas, literatura y miedo, se relacionan con la oralidad. En realidad, como ocurre con cualquier tema literario, antes de la plasmación escrita de una historia con la intención de producir miedo en el lector, es posible rastrear la larga huella que dejó cuando alguien contaba lo que le sucedió una noche en un camino. Esta narración se hacía sin más intención que la de compartir la experiencia con los que escuchaban, como forma de ahuyentar su miedo, más que como deseo de provocarlo en los oyentes.
Estas historias orales sostenían su valor narrativo en la veracidad (antes que en la verosimilitud), aunque ésta estuviese avalada tan solo por la autoridad del narrador, que hacía creíbles los hechos narrados. En estos casos se volvían materia literaria al sustentarse en sus elementos fundamentales: lenguaje y narración.