La noche iluminada de los cuentos de hadas
En lo que nos es posible alcanzar, el único sentido de la existencia humana consiste en encender una luz en las tinieblas del mero ser.
Carl Gustav Jung
La humanidad como especie surge de una gran oscuridad en la que, cuando la noche cubría la tierra, todo se volvía amenazante. Los sensibles seres humanos sentían su desnudez y el frío, y se espantaban con los aullidos de los lobos o los gruñidos de las fieras, que merodeaban cerca de sus rudimentarios refugios.
La conquista de la caza les permitió cubrirse y afrontar el frío, defenderse de los animales salvajes y vencerlos para alimentarse. Fue un arduo y difícil recorrido durante el que la vida de la especie más sutíl, estaba en un riesgo permanente, a merced de todos los peligros, de la intemperie y de la muerte. Durante esta conquista, este ser frágil se pertrechó de defensas que no procedían de su naturaleza, de su fuerza, ni de su poderío físico, sino de su inteligencia.