¿QUÉ ENTIENDES POR CONTAR?

Contar es transmitir una historia. Es seleccionar, elegir, de entre todos los relatos posibles, de entre todo lo visible, de entre los mil y un protagonistas posibles, uno. Darle espacio para que algo pueda ocurrirle, algo que tenga un sentido. En mi caso, como pintora, o como ilustradora: de entre todas las imágenes posibles, posar una, construir sus líneas, sus contornos, los contrastes, dejar el blanco como un vacío para que eso que estoy pintando, ya sea una niña, un pájaro o una montaña, tenga un lugar en el que algo pueda ocurrir.

Cuando dibujo en mis cuadernos estoy dejando constancia de la existencia de eso que pinto, de lo que tengo delante. El conjunto del cuaderno va a contar una historia que empieza en la primera página. Un cuaderno de pájaros. Un diario de maravillas. Un cuaderno de viaje a Praga.

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En el flujo de lo visible y en el flujo de nuestra existencia, algo se detiene: contar es dar tiempo a que algo pueda ser observado, escuchado, atendido. Corroborado. Eso que cuento, miro, pinto, ha existido, ya sea en la realidad, ya sea en la imaginación.

Utilizo imágenes y utilizo palabras para contar. También cuenta lo matérico: no es lo mismo contar una historia abriendo un libro que abriendo una caja de lata.

 

¿CÓMO AFRONTAS EL PROCESO CREATIVO?

Cada proyecto, cada historia, pide una forma de ser contada: el formato de cada libro y la técnica con la que lo abordo son algo que varía en cada proyecto.

¿Cómo son estas historias? ¿Tienen un orden secuencial o pueden colocarse de manera arbitraria? ¿Les ayuda la soltura y la liviandad de la acuarela o están apegadas a una materia concreta que puede funcionar mediante el collage? ¿Van a ser leídas por personas grandes o pequeñas?

Hay proyectos en los que las palabras llegan antes y después las imágenes; en otras es al contrario.

Lo importante es saber que tú, como artista, te tienes que poner al servicio de las historias y a menudo salir de las fórmulas que te funcionan o de las técnicas con las que estás más cómoda.

Para mí es esencial aprender y sumergirme en la realidad que me interesa conocer y de esa curiosidad, de ese asombro, van surgiendo las historias que voy a contar.

Mis proyectos no parten de un texto inicial al que voy a acompañar con imágenes, sino que a raíz de la curiosidad o interés que tengo por algo o alguien, va a aparecer un deseo, el motor que va a dar lugar a un libro. Palabras e imágenes se crean muchas veces en paralelo, o en conversación con el otro autor. Considero que en estos proyectos, cuando trabajo con un escritor o escritora, ambos somos autores de la obra. Crear mi propia editorial ha sido la manera de que esos proyectos se materialicen en libros, libros-caja, calendarios que se despliegan como biombos…

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¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LA COMUNIDAD Y EL LUGAR EN TU TRABAJO?

Hace 19 años en mi vida hubo dos cambios radicales: uno es que dejé Madrid y me fui a vivir a un pueblo de menos de mil habitantes en el norte de Cáceres. El otro es que fui madre.

Esos dos cambios transformaron totalmente mi mirada y mi trabajo. Los árboles y las montañas, la vida del pueblo y el trabajo en el campo y con los animales han sido los protagonistas de la vida en este lugar (además de mis hijas). Todos los mayores que viven aquí y que forman parte de una vida casi extinta, (lo que John Berger llamó “la extinción del campesinado europeo) son mis vecinos. Estas realidades han pasado a ser las protagonistas de mis libros, de mis ilustraciones y de mis acuarelas.

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Estar en un entorno rural define la relación con la comunidad. No es elegida en función de las afinidades, entre un amplio abanico posible, sino que tu comunidad la constituye la gente que vive en tu territorio y es diversa en orígenes, edades, cultura…

En mi trabajo ha sido fundamental entender que la cultura es un motor generador de comunidad. En concreto la creación de Murales Colectivos que empezamos a desarrollar en la escuela pública de Garganta la Olla, en la que han estudiado mis hijas, ha sido un espacio de experimentación creativa muy potente. Yo he visto transformarse mi manera de entender la creatividad desde esa participación en el espacio colectivo.

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En los pueblos la oferta cultural es muy limitada y las asociaciones culturales y los colectivos son quienes traen las propuestas culturales a los pueblos. Participo junto a muchas otras personas en la creación de un festival de narración oral, Una Olla de Cuentos. Así tejemos comunidad, a partir de las historias y también de las patatas que cocinan las mayores del pueblo en la plaza. ¿Y por qué hablo de esto si estoy hablando de trabajo? Porque sin cuidar lo que me inspira (en este caso las historias), luego no tendría con qué crear mi propio trabajo. No están separados. Lo uno sin lo otro, no puede ser.

 

Esta entrevista forma parte del boletín n.º 101 -  Ecos de nuestra Jornada en Morella

Para AEDA, el 2023 ha sido el año del avance en nuestras relaciones con el mundo de las artes escénicas, pues decidimos continuar participando en una renovada Mesa Mercartes que, si bien surgió a raíz de la pandemia, hoy sigue estando integrada por una treintena de asociaciones de disciplinas performativas (teatro, música, danza, circo, magia y también narración oral) y continúa siendo un espacio de diálogo y trabajo en el que se tratan temas de carácter estratégico para el sector de las artes escénicas. 

Pero además, este año hemos asistido a varias citas presenciales relacionadas con los espectáculos en vivo, como la Feria de Teatro de Castilla y León - Ciudad Rodrigo (22-26 agosto), donde realizamos dos presentaciones para dar a conocer nuestro oficio entre programadores y profesionales de otras disciplinas escénicas; en la Feria de Artes Escénicas y Musicales de Castilla La Mancha (11-14 de abril) y en Mercartes, Mercado de las Artes Escénicas, en Valladolid (11-14 noviembre).

Esta estrategia de acercamiento a otras disciplinas escénicas ya fue discutida en en la Asamblea Anual de enero, con la que AEDA suele inaugurar el año. En 2023, como viene siendo costumbre, volvió a celebrarse en enero Azuqueca de Henares (Guadalajara). Otra decisión tomada en esta reunión fue la de ligar este evento a un par de jornadas de formación para los socios y socias, por lo que en la próxima Asamblea, del 9 al 11 de enero de 2024, se realizará un taller de voz para los socios y socias asistentes del que iremos desgranando más detalles. 

La primera vez que me subí a un teatro para contar cuentos fue en el año 1992, como parte de las actividades organizadas por la Biblioteca Regional de Murcia para escolares. En aquel entonces, la narración oral profesional estaba casi en pañales y soñar con programaciones estables en cualquier lugar era eso, un sueño.

En el verano de 2018, media vida después, recibí una llamada del director de Teatro Principal de Alicante. Me propuso contar cuentos (en concreto mitos griegos) como parte de la programación del Festival de Teatro Clásico de Alicante. Gran noticia y no menos alegría. Sin embargo, el lugar elegido para la narración no sería el escenario del teatro, sino unas cuevas dentro del Museo de Aguas de la ciudad.
Osada de mí, quise aprovechar que la puerta estaba abierta para poner sobre la mesa una propuesta de narración permanente en el teatro. Imaginé un formato pequeño, íntimo, con el público sentado en el escenario y una función al mes. La respuesta fue inmediata: no. Según las palabras del director «El teatro solo era para teatro, y de calidad». No hubo posibilidad de insistir o de abordar el proyecto desde otro ángulo.
No obstante, desde esa primera edición, y a excepción del año de la pandemia, la narración está presente en el Festival con dos funciones para público adulto, dos para público familiar y tres para alumnado de Bachiller. Y, hasta el momento, se ha programado a siete narradores diferentes.

Mi padre siempre me ha dicho que quien la sigue la consigue. Con el paso del tiempo he aprendido que esto, unas veces sucede y otras no. Pero, por si las moscas, de vez en cuando sigo y sigo.

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La Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo se crea en el año 1998 y ya en la primera edición podemos encontrar entre las compañías programadas a ilustres narradores cuyos espectáculos dramáticos se fundamentan en la palabra, en contar historias de manera singular y con un lenguaje escénico propio como son La Chana Teatro, compañía recientemente galardonada con el Premio Max como Mejor Espectáculo Infantil 2023 por un montaje estrenado en la Feria de Teatro veinticinco años después de su primera participación y El Pequeño Sastre, compañía ya desaparecida. En la tercera edición, en el programa oficial de la Feria de Teatro aparecen formalmente en la programación de la Feria los Cuentacuentos, con la participación de Manuel Azquinecer, Teresa Grau, Maricuela y Paco Abril para público familiar, si bien este último también hizo una sesión nocturna para adultos.

De este modo, quedaba configurada una franja de programación particular, atípica en los mercados escénicos, dedicada a los cuentacuentos, y que en aquellos momentos denominábamos “los cuentos de Palacio”, puesto que los representábamos en el patio noble del Palacio de Los Águila primero, y en el Palacio de Montarco años más tarde. 

Eugenia Manzanera en la Feria de Teatro de CyL. Ciudad Rodrigo con Retahilando

Eugenia Manzanera en la Feria de CyL. Ciudad Rodrigo

¿Dónde está la narración oral?

Las personas de mi generación recordarán aquellos libros titulados “¿Dónde está Wally?” en los que jugábamos a encontrar a aquel personaje de camisa rayada escondido entre una multitud de personas y objetos. Algo así sucede cuando buscamos la narración oral en las programaciones y festivales dedicados a las artes escénicas. Entre todas las propuestas de teatro, danza, circo y música, de cuando en cuando aparece alguna cuyos cimientos se apoyan en la narración oral. ¿Por qué una presencia tan escasa? Intentaré ahondar en las razones tirando de experiencias personales y de las pistas que ofrecen seis programadores culturales consultados.

Después de años en el oficio y muchas charlas con colegas, he escuchado discutir de manera recurrente sobre los puntos convergentes y divergentes de la narración oral con el teatro o sobre qué espacios son los más propicios para el desempeño de nuestro oficio. El asunto, a nivel teórico, está bastante trillado entre los profesionales de la narración oral y suele ser controvertido. Por eso, en este boletín abordo el tema desde otro punto de vista, uno exógeno, saber cómo nos ven los responsables de programaciones y circuitos escénicos, algunos de los cuales hasta el momento no han tenido demasiado contacto con nuestro gremio, así como vislumbrar las razones por las que apenas hay espectáculos de narración en los calendarios de festivales y redes que lucen una gran variedad de creaciones susceptibles de disfrutarse sobre el escenario de un teatro.

Brujas de David Acera

Brujas, de David Acera

En AEDA, la asociación de profesionales de la narración oral en España, recibimos muchas consultas sobre cómo elaborar un presupuesto. El presente documento trata de dar unas pistas para calcular el coste de una función de cuentos contados.

Como punto de partida consideremos un caché básico que podría ser de 280, puesto que con la llegada del euro en 2002 hemos calculado que los cachés de espectáculos de cuentos contados tenían una media de 185 euros. Aplicando el incremento del IPC (ver aquí) el importe actual sería, por lo tanto, de 280 euros. Puede suceder que en bibliotecas y otras instituciones en las que se programe de manera continuada (todas las semanas, por ejemplo, a lo largo del curso) este caché básico, en la actualidad, sea algo menor.

Caché básico: 280 euros. 

Este caché se incrementaría, además, con las siguientes dietas si hubiera que desplazarse, comer y/o dormir fuera:

Dietas recomendadas según datos aplicables en 2021-22 (ver aquí):

    • desplazamiento: 0,19 cts. por kilómetro
    • sólo manutención: 26,67 euros por día (si por trabajo vas a tener que comer fuera)
    • alojamiento y manutención: 53,34 euros diarios (si además de comer vas a tener que hacer noche)

Y habría otro aspecto a considerar para incrementar el caché: la trayectoria.

"Semejante descalabro no puede hundirme, ni promover mi caída. Un revés no es más que un fallo, no una derrota. Con semejante chasco ¿se agranda mi infortunio?, ¡qué desastre, qué desgracia! ¿Ahogarme, o aprender y continuar?"

Muchas palabras para expresar cómo nos podemos sentir ante nuestro propio fracaso y también cuando lo presenciamos. 

Cuando Aurora contactó conmigo me comentó la idea de poder dar mi punto de vista sobre el fracaso, pero como escuchante. En ese momento por mi cabeza pasaron muchas sesiones, algunas excelentes, y otras no tanto. La idea me pareció sensacional y sencilla, hasta que me senté a escribir. De sencilla no tiene nada. Tras darle vueltas, la idea principal, esa que tengo rondando, es que el fracaso es un sentimiento, una sensación y, como tal, depende de quién eres en el momento en el que estás escuchando. 

No tuve la fortuna de que me contaran cuentos de pequeño, más allá de los que escuché en la escuela. Caí en este fantástico mundo por casualidad, al leer un letrero en la pared exterior de una cafetería de Logroño. Aquella cafetería era "El Globo", ya desaparecida. Anunciaba una sesión de cuentos para una tarde en un horario compatible con dos niñas de entonces seis y dos años. Preguntamos si sería apropiada la función para ellas y, tras esa sesión y muchas otras, tengo el orgullo de saber que mis hijas han educado su escucha allí, en el café "La Luna" de Logroño. Sí, porque los cuentos trasladaron su ubicación a ese emblemático local. Durante muchos años se programaron sesiones a cargo de lo mejor, de lo mejor, narradores (no voy a perder espacio en utilizar un lenguaje, mal llamado, inclusivo), venidos de todos los rincones de España y de muchos países diferentes. 

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