En las agitadas últimas semanas tras la llegada de la pandemia por la CoVid19, realizar actividades al aire libre se ha convertido en algo desaconsejable, en un posible peligro o en un acto prohibido en diversos lugares del mundo, entre ellos, el Estado Español. Es por ello que hemos presenciado la anulación de numerosas actividades culturales, festivas, religiosas… que en otra época se han desarrollado con normalidad. Muchas de estas actividades canceladas eran de narración oral.
Usar el espacio abierto, al aire libre, se ha convertido en un anhelo que deseamos recuperar pronto. El paso por su restricción es una oportunidad para poner más en valor aun el encuentro entre personas alrededor de la palabra y bajo el cielo. He aquí, en este boletín, un paseo entre páginas por diferentes espacios abiertos y de cuentos.
Habitualmente narramos y escuchamos cuentos en bibliotecas, escuelas, teatros, salones culturales… También, con menor frecuencia, el espacio escénico se encuentra al aire libre, en plazas, parques, campos, etc., y muy probablemente usemos equipo de sonido para proyectar la voz. Sin embargo, cuando trabajamos en estos mismos lugares al aire libre sin equipo de sonido y narramos a viva voz, el comportamiento (tanto de quien narra como de quien escucha) suele ser diferente a cuando lo hacemos con microfonía.
Aquí os traemos cuatro artículos de cuatro cuentistas sobre sus experiencias al narrar al aire libre.
- Comencemos por el Norte de la península Ibérica. Por Asturias. Allí pasearemos por mercados siguiendo los pasos de Carlos Alba con el texto “Narrar en mercados: cuando no queda otra que ser juglar”.
- A continuación, nos vamos bajo el cielo de Aragón para conocer la experiencia de Sandra Araguás con el texto “De boca a oreja, sin artificio”.
- Bajemos al sur, hasta Andalucía, un simpático recorrido de Filiberto Chamorro en la ciudad de Sevilla con el texto “Contar en la calle, contar con la calle”.
- Y para concluir bajemos más al Sur, hasta África, a la selva de Camerún. Allí Ana Cristina Herreros (Ana Griott) nos cuenta cómo la noche bajo las estrellas es el tiempo para los licanó, con el texto “Contar en la selva ecuatorial”.
Con el deseo de que estas experiencias sirvan para recordar las vuestras y, en el mejor de los casos, enriquecerlas concluimos el presente boletín. Aunque es habitual que el boletín termine enlazando la agenda mensual, debido a la situación de cuarentena ante la pandemia del coronavirus, de momento todas las funciones y festivales están suspendidos. Ojalá todo se normalice pronto.
Saludos
El Boletín n.º 81 de AEDA ha sido coordinado por Diego Magdaleno