Este proyecto surge, como tantos otros, con una idea que se te queda en la cabeza, le das vueltas, te acuestas, te levantas, sigue allí, la sueñas, la plasmas en un papel, buscas un título y después piensas en quién puede estar interesada en ella.

Una mañana de principios de mayo del año pasado me reuní con el director del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Mi cita con él era para entregarle un ejemplar del libro Veintisiete abuelos son demasiados que, tan solo dos semanas antes Anaya había publicado porque ganó el XXIII Premio de Narrativa Vila de Ibi. Como os podéis imaginar, una vez que estaba allí y con la alegría propia de las circunstancias, le conté lo que me rondaba en la cabeza.

Desde el principio fue fácil. Sí, eso es lo raro me digo todos los días (con lo que muchas veces cuesta que te aprueben o que te compren una propuesta cultural). Le gustó tanto que el título lo propuso él sobre la marcha y yo tan solo añadí el subtítulo. Había escogido otro, pero "Los que escriben y los que cuentan" es tan apropiado, tan sencillo y, a la vez, tan claro que lo registré en mi memoria para que no se me olvidara y lo adopté enseguida.

Poco tiempo después, y también tras una conversación sobre otro tema diferente, la directora del Centro de Estudios Iberoamericanos «Mario Benedetti» de la Universidad de Alicante, se interesó por esta iniciativa e insistió para colaborar ellos también.

Bueno, a estas alturas o preguntaréis ¿qué es LOS QUE ESCRIBEN Y LOS QUE CUENTAN? Pues es un ciclo de encuentros entre profesionales del cuento con el propósito de ofrecer un lugar común donde escritores y narradores, escritoras y narradoras (y todas las combinaciones posibles) conversen de forma amena y distendida sobre lo que nos une.

Podremos conocer diferentes estrategias, diferentes puntos de vista y diferentes formas de abordar un relato:

  • el cuento desde quien escribe, imagina o recopila historias para un lector que lee en intimidad con su propia voz.

  • el cuento desde quien cuenta a un auditorio, quien narra esta misma historia con un tono, un ritmo y una voz, ajena y propia a la vez.

La elección de unos y otros ha sido fácil y difícil a la vez. ¿Cómo os lo explico? Lo fácil fue constatar la gran cantidad de escritores de relatos y grandes narradores con los que podía contar. Lo difícil elegir a ocho nada más. Algunos nombres los tenía claro, tanto de un lado como del otro, luego había que contactar con ellos (con algunos fue imposible), cuadrar agendas (los hay muy ocupados) y, sobre todo, hacer parejas (de baile). Eso sí que ha sido complejo porque visualizaba a unos con otros, a ellos con nosotros, ¡qué lío! Me imaginaba haciendo aquellos problemas de unir flechitas del cole y las borraba y las cambiaba y las pasaba a limpio y le ponía colores hasta que la programación quedó tal y como podéis ver.

Uno de los momentos más divertidos (por llamarlo de alguna manera) fue cuando tenía que ponerme en contacto con los escritores. Como muchos de vosotros y vosotras, estas gestiones las hice desde casa y era muy gracioso escribir un texto serio y formal para presentar, tanto al proyecto como a mí, con la cara sin lavar o todavía sin peinar. Todavía recuerdo una conversación telefónica con Laura Freixas mientras freía pimientos para el arroz (que con los auriculares del móvil lo puedes hacer todo a la vez). Algunos de los mensajes con Fernando Iwasaki han sido memorables; esperar a que Andrés Neuman volviera de su retiro (estaba escribiendo) y contestara los correos, para desesperarse y porque no os cuento los sustos de última hora cuando Iwasaki me dijo que no podía venir. ¡Ains, qué días! Desde aquí mi agradecimiento por todo el esfuerzo que ha hecho para compaginar su agenda y ser mi pareja (de baile). De José Ovejero os puedo decir que la responsable de la editorial, Raquel Abad, me ha facilitado mucho el trabajo y ha sido un encanto.

En cuanto a los narradores que participan he de deciros que, cada vez que llamaba a uno, me sentía como un hada madrina repartiendo regalos o ilusiones. Las voces que escuchaba a través del teléfono eran pura alegría y emoción al escuchar la propuesta y el escritor o escritora que había pensado para dialogar con ellos sobre los cuentos. Gracias por querer formar parte de esta idea y por hacer huecos en la agenda vosotros también.

Para el cartel (que podéis ver junto con el programa al final de este artículo) he contado con Victoria Miralles de Capicor, con la que he trabajado en varias ocasiones y a la que acudo cuando necesito un buen resultado o un café. Espero que os guste a vosotros también.

Solo me queda agradecer al Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, a José Luis Ferris, su director, y a Jorge Hurtado, director del dpto. de Humanidades, la confianza, cariño y entusiasmo que han depositado en esta propuesta. También a Eva Valero, directora del Centro de Estudios Iberoamericanos «Mario Benedetti», por su colaboración y a Conchi Agüero, profesora de escritura creativa, y amiga, que siempre me aporta valiosísima información para todos mis proyectos.

Queridas y queridos, estáis invitadas (y también invitados) a pasearos por Alicante los viernes del mes de mayo. Espero que la temperatura nos acompañe, que los cuentos, las historias y la conversación los pondremos nosotros.

Raquel López Cascales