ATLÁNTICA 2014 Festival de historias oceánicas
Hace un año hablábamos de la noche que nos rodeaba, con la esperanza de que las estrellas que nos guiaban, como en los viejos tiempos, a los marineros, sirvieran de guía para que el sol se abriera camino. Sin embargo, aun seguimos a oscuras, con pocos y tímidos rayos. Pero no desistimos, llevamos en las venas un sueño antiguo, un camino trazado por otros, borrado por el tiempo y la desmemoria de la gente, pero intacto en el latir de las eternas piedras que las olas besan con pasión. Caminantes de las palabras recalamos de nuevo en puerto, para abastecernos y seguir buscando.
Si la luz de un faro no basta, abriremos nuestros oídos a los cantos cálidos y hechiceros de las sirenas.
No es dislate, no, que ya lo contó don Alvaro Cunqueiro, un sabio que estudió la genealogía de bretones, daneses, ingleses e irlandeses y encontró señales en su sangre de ser descendientes de sirena. No miró este sabio por Galicia que aquí bien se sabe que Padines, Mariños y Goyanes, son descendientes de aquella sirena que preñó Roldan y que vino a parir a la Ría de Arousa.
Nada mejor que un encuentro de primos, para conjurar los malos vientos y así pedimos a la madre de las sirenas, la Memoria y a sus hijas la Elocuencia, que permitan que estos navegantes de las palabras, que este año llegan de Camerún, Argentina, Irlanda, Bretaña, Brasil, Madeira y Portugal para encontrarse con los Gallegos, sean capaces con sus historias de enamorar los buenos tiempos que ya están siendo muy necesarios.