Algunas consideraciones metodológicas y éticas sobre la investigación folklórica
Las siguientes líneas exponen de manera sucinta algunas de las conclusiones a las que en su día llegué en mi participación en la Mesa Redonda "Cuentos folklóricos y experiencias de trabajo de campo", llevada a cabo en el marco del Congreso El cuento folklórico en la literatura y en la tradición oral, organizado por la Universitat de València del 2 al 5 de noviembre de 2004*.
Como señalaba en dicha ocasión, rememorando las conocidas palabras de Alan Dundes, una investigación folklórica completa y rigurosa debe tener en cuenta, inexcusablemente, la TEXTURA, el TEXTO y el CONTEXTO de los testimonios recopilados, razón por lo que el folklorista debe reunir amplios conocimientos de Lingüística, Literatura y Antropología. Por otra parte, mi experiencia en el trabajo de campo (verdadera y única escuela del folklorista y un acto de aprendizaje en todo el amplio sentido del término), tanto o más que la labor de clasificación y estudio de los relatos folklóricos a la que me he dedicado, especialmente, en Aragón y, en menor medida, en Álava y La Rioja (colaborando en este caso con Javier Asensio), me ha llevado al convencimiento de que las herramientas que nos proporciona la Filología resultan idóneas para el quehacer del folklorista, cuya labor, en definitiva, es perfectamente semejante a la del editor filológico.