Descubrí tarde la escritura de Gustavo.
Una mañana de invierno, en un café, leyendo el periódico El País comencé a leer un articulo titulado “El pájaro de oro” una reflexión sobre la importancia de los cuentos tradicionales y lo fundamental de los elementos que los componen. Casi se me derrama el café. Era el mes de noviembre de 1998 y en aquella época leer eso en un medio “culto” era algo como de ciencia ficción.
Mi primera reacción fue preguntarme quién era ese hombre que escribía con tanta claridad y belleza, convirtiendo un artículo periodístico en un texto casi poético. Fui a una librería y me enteré de que ya tenía 11 libros publicados y a uno de ellos le habían dado el “Premio Nacional de Narrativa”. Asombrado me compre todos sus libros, que tenían en esa librería.
A partir de ese momento leía sus artículos periodísticos con avidez, la gran mayoría dedicados al mundo de los cuentos y a la literatura infantil y juvenil. He leído todos sus libros y me encantó saber que le daban el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2003 por el libro Tres cuentos de hadas, en la editorial Siruela.
Después tuve la suerte de conocerlo personalmente, compartimos escenario y cuentos en el “Festival Palavras Andarilhas”, en Beja, Portugal. Y a partir de ese momento hemos colaborado en varias ocasiones. Y compartido jardines, vinos y palabras.
Pero os preguntaréis quién es realmente Gustavo Martín Garzo, podría haceros una sinopsis detallada de su vida. Deciros que nació en Valladolid, ciudad en la que todavía vive; que se licenció en Filosofía y Letras en la especialidad de Psicología; que es fundador de varias revistas literarias; que publican artículos suyos los medios más importantes del país y que ha participado en múltiples congresos de literatura. También podría detallar la larga lista de libros publicados hasta el momento, un total de 36, muchos de ellos de Literatura Infantil y Juvenil. O todos los premios literarios que ha recibido durante su carrera literaria, más de 10 premios de gran importancia.
Pero, aunque os dé todos los nombres, números, datos estadísticos… no llegaréis a conocer en realidad a Gustavo.
Para conocerlo hay que leer sus libros y sus artículos, e ir descubriendo poco a poco, los mundos que crea, llenos de magia, sus universos donde lo femenino es fundamental, el misterio que hay en las pequeñas cosas cotidianas, lo inabarcable de las relaciones humanas. Y su referencia a temas mitológicos, a leyendas y cuentos tradicionales, incluso en sus novelas de adultos.
Para conocer a Gustavo hay que sentarse con él, con una copa de vino, con un atardecer a mano y tiempo para escuchar; escuchar sus palabras y sus silencios. Y hablar y ver como escucha con la mirada.
No conozco otra persona que haya hecho tanto por el mundo de los cuentos, ni que lo respete más que Gustavo.
Esta semblanza de nuestro Socio de Honor de 2020 ha sido escrita por Carles García Domingo