La Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo se crea en el año 1998 y ya en la primera edición podemos encontrar entre las compañías programadas a ilustres narradores cuyos espectáculos dramáticos se fundamentan en la palabra, en contar historias de manera singular y con un lenguaje escénico propio como son La Chana Teatro, compañía recientemente galardonada con el Premio Max como Mejor Espectáculo Infantil 2023 por un montaje estrenado en la Feria de Teatro veinticinco años después de su primera participación y El Pequeño Sastre, compañía ya desaparecida. En la tercera edición, en el programa oficial de la Feria de Teatro aparecen formalmente en la programación de la Feria los Cuentacuentos, con la participación de Manuel Azquinecer, Teresa Grau, Maricuela y Paco Abril para público familiar, si bien este último también hizo una sesión nocturna para adultos.
De este modo, quedaba configurada una franja de programación particular, atípica en los mercados escénicos, dedicada a los cuentacuentos, y que en aquellos momentos denominábamos “los cuentos de Palacio”, puesto que los representábamos en el patio noble del Palacio de Los Águila primero, y en el Palacio de Montarco años más tarde.
Eugenia Manzanera en la Feria de CyL. Ciudad Rodrigo
En el 2001, con la cuarta edición, contamos con la intervención de profesionales como Eugenia Manzanera y Piccolo Teatro; y se consolidaba una forma de entender esta especialidad escénica como es la Narración Oral Escénica, por encima de la mera concepción de cuentacuentos infantiles. Además, el programa de animación infantil que por primera vez se denominará Divierteatro en la segunda edición, estuvo titulado “El Mundo de los Cuentos”, mostrando desde sus inicios una impronta que marcaría sus señas de identidad dado que de forma permanente acoge sesiones de cuentacuentos que en los últimos años ha estado protagonizado principalmente por Denis Rafter y Pilar Borrego. Este programa pedagógico de animación teatral para niños y niñas se desarrolla todas las mañanas de la Feria de Teatro en el marco de las actividades complementarias, y es uno de las actividades estrella para el público, en el que de forma perenne no solo se han programado cuentacuentos sino que hemos desarrollado diferentes talleres de formación en narración oral para jóvenes.
Como escaparate comercial, desde la Feria de Teatro ya en los albores del siglo XXI pretendíamos mostrar el trabajo profesional en las mejores condiciones posibles, buscando un espacio de representación adecuado, con aforos muy medidos y, en definitiva, generando un ambiente propiciatorio tanto para el disfrute escénico como para que los profesionales acreditados conociesen el potencial artístico de estos espectáculos para sus programaciones. Y como telón de fondo, siempre en nuestro ánimo estaba el trabajar por dignificar la profesión de contador y contadora de historias, la reivindicación del cuento como vehículo para la teatralización y buscar nuevos espacios y nichos de mercado tanto para los creadores como para las personas responsables de programaciones culturales en nuestro país. Y en ese empeño seguimos, con la colaboración y complicidad de los profesionales de la narración oral.
Desde el 2002 y hasta el 2010 mantuvimos una sección específica bajo el nombre de “Cuentacuentos” en la que se han presentaron los trabajos de Nati Villa, Raúl Gómez (Fabularia), Estrella Ortiz, Fernando Saldaña, Sommis de Paper, Pep Bruno, Pasadas las cuatro, María Jesús Lillo, Titelles Naip, Ana G. Castellano, Dani Pérez, Miguelón, Virginia Imaz, Palique Cuenteras, Oihulari Clown, La Tranfulla, Légolas Colectivo Escénico, Maluka Peka, así como en 2006 introducimos los bebecuentos, con sesiones de Teatro do Elefante, donde participarán en ediciones siguientes Charo Jaular, Patumba Patumba, Carioca, Teloncillo, Sinilos, Toc de Retruc, siendo de los primeros mercados escénicos que destinaron un espacio para la programación específica para primera infancia.
Teresa Grau en la Feria de CyL. Ciudad Rodrigo
A partir de este momento, del 2011, la inclusión de espectáculos de narración oral no se desliga en un apartado específico, dado que consideramos que ofrecía el mensaje de ser actividades complementarias, para integrarlos en la programación como cualquier otro montaje teatral, salvo las acciones lúdico-pedagógicas del Divierteatro que utilizan habitualmente los formatos de narración oral como apreciado instrumento de intervención artística y educativa. Y de estos últimos cuentos nos complace destacar la programación de espectáculos de narradores imprescindibles en nuestro país como son Eugenia Manzanera y Félix Albo, cuyos montajes han aportado un crecimiento significativo a la concepción de la narración, aportando una visión escénica y puesta en escena que hace crecer esta disciplina escénica que ofrece un interés adicional para los responsables de programaciones culturales, armando montajes escénicos que rebasan la mera concepción del “cuentacuentos” sin desprenderse de lo más básico: el uso mágico de las palabras y los movimientos para contar historias.
Uno de los objetivos de las Ferias de Artes Escénicas es el de generar puntos de encuentro profesional para facilitar el intercambio artístico y las relaciones de negocio. Pretendemos ofrecer a los profesionales de diverso perfil la oportunidad de ver en un periodo concentrado de tiempo un gran número de espectáculos en vivo, compartiendo patio de butacas con el público no profesional. En definitiva son espacios de encuentro, formación y aceleración de la comercialización. Las direcciones artísticas y las comisiones de selección de las Ferias de Teatro elaboran las programaciones en función de las particularidades de cada feria, teniendo en cuenta su perfil profesional, sus espacios y su público. En el caso de la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo pretendemos dar a conocer a nuevos artistas o reivindicar el trabajo de profesionales veteranos, seleccionando espectáculos que permitan una versatilidad tanto en los aspectos técnicos como para el target de público al que se dirigen. Por ello aprovechamos los espacios singulares, fundamentalmente patrimoniales, para la programación de montajes de narración oral, pero también se tenemos la inquietud de incluirlos en espacios convencionales, si bien la carencia de los mismos nos lleva en muchas ocasiones a priorizar otros formatos.
Las ventajas de programar espectáculos de narración oral en una Feria de Teatro son múltiples y en nuestro caso particular contribuyen a reforzar las singularidades de nuestro proyecto. Por un lado nos encontramos con un innumerable conjunto de contadores y contadoras que no suelen ser programados en otros eventos similares y cuyo trabajo sería importante dar a conocer, por lo que las ferias, como mercados escénicos, debiéramos tener el compromiso de visibilizar el trabajo de estos profesionales de la escena. Por otro, suelen ser montajes de pequeño formato o sin excesivas complicaciones de carácter técnico, lo cual supone fortalecer la sostenibilidad de las ferias por economía en los esfuerzos y recursos económicos. Pero lo más importante es que son espectáculos que generalmente conectan directamente con los públicos, son muy atractivos para los profesionales asistentes y relativamente fáciles de insertar en sus programaciones.
Félix Albo en la Feria de CyL. Ciudad Rodrigo.
Pero hay ventajas adicionales por su concepto de teatro desnudo, donde los matices interpretativos cobran una importancia especial. Los profesionales de contar cuentos juegan con la sutilidad del gesto, desarrollan un metalenguaje propio trenzando entonación, ritmo y pausas que contribuyen a ofrecer una experiencia peculiar a las personas espectadoras. Desde la narración oral no hay tabús en los contenidos ni en los mensajes, las historias ponen el foco en los contenidos, en el mensaje, en la poética de las palabras para crear un teatro desvestido. Narrar en el marco escénico profesional es hacer una defensa de la palabra desnuda que viste nuestros pensamientos y emociones, que nos arropa de sentimientos y conocimientos.
Por ello reivindico la presencia de la narración oral escénica en las ferias de artes escénicas, y reconozco nuestras limitaciones por no saber incorporarla siempre en nuestras programaciones. Gracias a los profesionales de los “cuentos” hemos podido recuperar mucha de nuestra tradición oral, se ha robustecido nuestra cultura popular desde la oralidad, se han visibilizado autores minoritarios o desconocidos, se han actualizado mitos clásicos.
El público en la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo siempre se ha entregado a los espectáculos de estos formatos, por lo que sin duda la narración oral debiera superar los prejuicios asociados al amateurismo y la infantilización para cobrar un mayor protagonismo en las programaciones profesionales. La narración oral no solo debe asociarse a ciclos de programación en bibliotecas o campañas de animación a la lectura, nos ofrecer unos recursos mayores y su versatilidad propicia que pueda ser un recurso de programación de gran interés para teatros y todo tipo de programaciones culturales, siempre y cuando se programe siguiendo criterios de calidad. Lamentablemente también en el oficio de contador de historias existe mucho intrusismo y personas sin la formación adecuada ejerciendo. Del mismo modo, me gustaría encontrar más propuestas de narración oral escénica originales, imaginativas, que aporten sorpresa y singularidad más allá del mero virtuosismo contando una historia.
La narración oral es hacer teatro en línea recta (línea recta: dícese del camino más corto entre dos puntos). El vínculo entre el espectador/a y el actor/actriz es directo desde las palabras. Probablemente en los orígenes del teatro nos encontremos con los cuentacuentos, en la transmisión oral, además de la ritualización de los más diversos hechos sociales. O se llegaría a la narración desde el rito, para convertir esta misma en un acto ritual en las relaciones de las comunidades. La narración oral escénica es volver al teatro, es juego y comunicación; es teatro porque tiene el componente comunicativo asociado al artístico. Por ello las ferias de artes escénicas deben ser un espacio para que los narradores y narradoras desarrollen su trabajo pues sin duda hay un mercado para los cuentacuentos en sus más diversas especialidades. Y si hay interés de mercado, debiera haber interés por parte de las ferias para mostrar en su “escaparate” estos productos artísticos. Estoy convencido de que existe interés del público por la narración oral, por lo tanto debieran refrendarlo también las personas responsables de las programaciones culturales.
Manuel J. González Fernández
Coordinador Asociación Civitas
Director Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo
Este artículo forma parte del Boletín nº. 100 - La lenta conquista de los escenarios, coordinado por Elia Tralará.
