Febrero el revoltoso no pasó de 28, si 30 tuviera nadie con él pudiera. 

Quizás por eso viene lloviendo que en febrero es tan importante el calor, el calor de un hombro o de un amor. 

El amor, que dicen que es más verdadero en febrero porque hace mucha falta un fuego. 

Y alrededor del fuego los cuentos de febrero, que son cientos los que se cuentan por amor, con amor y calcetines que todo sienta mejor. 

Por esta razón, febrero es el mes para recordar el “sí quiero” al amor al arte por los cuentos, por encima del deber o el poder, ese hacer con fe que en tiempos de crisis hace que los cuentos se mantengan vivos, como también hace en febrero el fuego con el hielo. 

Dar calor. 

A1 Foto del calendario de Febrero

Ilustración de la miniatura de febrero del Calendario de Las muy ricas horas del Duque de Berry, en la Edad Media de 1410. Donde una dama de azul levanta su vestido para ser calentada por el fuego.

 

Surgen así, proyectos a través de la narración oral, donde la idea se materializa sin pedir permiso, sin esperar subvenciones ni llamadas, proyectos que uno quiere compartir por amor al arte. Así podemos hablar de los comienzos por amor al arte del I Festival de cuentos del viento de Conil de la Frontera, y de cómo se consolidó económicamente el festival en su segunda edición II Festival de Cuentos del Viento.

Como introducción a los artículos de este boletín he escrito este texto titulado "Por amor al arte". Y tras su lectura podemos volar a Casamance, en Senegal, y hablar con su bibliotecaria española Fina Hernández y que nos cuente sus proyectos de narración oral. También podemos saber sobre el Concurso de cuentos del viento 2020, un festival de cuentos para Radio el Palmar, del proyecto 4 Vientos Radio en tiempos de crisis y, para terminar por hoy el recorrido, le podemos preguntar al narrador y periodista paraguayo Marco Antonio Flecha por su proyecto de Radio "Una aldea prodigiosa".

Finalizamos el boletín enlazándote la agenda del mes de febrero que, poco a poco, va llenándose de cuentos contados.

El boletín n.º 89 de AEDA fue coordinado por Sandra Cerezo