Imagen Mon opt

“Igual al té contado” es un proyecto que se inició en la isla de Tenerife y se ha extendido a la isla vecina de La Palma.

La idea surge de una llamada de teléfono en la que una madre amiga con una hija de quince años que ha sido violada dice: “Cuéntale un cuento que le cure el alma”. Nadie me había pedido un trabajo de ese tipo, por lo que empezaron las reflexiones acerca del tema y las siguientes cuestiones salieron a la palestra: Los cuentos nos pueden hacer reír, llorar, volar, pero ¿curar el alma?, ¿Qué contar a alguien que dice tener el alma rota?, ¿Qué tipo de cuentos son los idóneos para una Víctima de Violencia de Género?, ¿Querrá escuchar historias que se parezcan a la suya o cuentos de princesas?, ¿Tal vez cuentos chistosos? Por más que reflexioné no llegaron las respuestas hasta bastante tiempo después. Pero quería ayudar a esta madre y a esta chica, así que llamé a la adolescente por teléfono y hablamos durante más de una hora, no un día sino varios. Al principio le contaba  cuentos del repertorio y hablábamos acerca de ellos, de sus protagonistas y sus acciones, después empezó la búsqueda de cuentos que sentía que le podían gustar más y finalmente terminó diciendo: “Hoy te contaré yo un cuento a ti” y me contó la historia de su vida, violación incluida. Fue ella la que me pidió que hiciera esta misma acción con otras mujeres, y el nombre “Igual al té contado” simplemente porque mientras hablábamos por teléfono tomábamos té. A partir de esa primera acción lo tuve claro.

La lucha por la instauración de la Igualdad de Oportunidades requiere de la actuación coordinada de agentes sociales con influencia en la vida social, política, económica, cultural, artística y educativa, involucrando, así mismo, al conjunto de víctimas de Violencia de Género para erradicar la desigualdad y evitar la copia de patrones agresivos del maltratador, que es bastante común entre las víctimas.

Debido a la importancia del cuento en el desarrollo social y emocional de la familia, este proyecto está dirigido a reflexionar, observar, estudiar y analizar los mensajes de género transmitidos a través de los cuentos populares y contemporáneos, así como a proporcionar alternativas educativas que fomenten actitudes y comportamientos libres de estereotipos y roles de género, apostando por una sociedad no sexista, en las que las víctimas sean las creadoras de sus propias historias.

Los cuentos se configuran como un material didáctico y educativo en la transmisión 
de actitudes, valores, comportamientos, ideas y expectativas. Tanto de manera explícita como implícitamente, los cuentos lanzan mensajes que ayudan a las personas a configurar la realidad de una manera simplificada y normativa, tendente a reproducir las pautas de pensamiento y conducta socialmente establecidas por
 un modelo patriarcal y androcéntrico, generador de desigualdades entre sexos. Cumple una función socializadora en la educación social, no sólo proporcionando espacios para la imaginación, la creatividad, el desarrollo de la emoción y la construcción de la personalidad (totalmente deteriorada en el caso de victimas de V.G), sino también como reproductor de los estereotipos y roles de género asignados para mujeres y hombres en función de su
 sexo, que condicionan y determinan su papel en la sociedad.

En este sentido, el cuento se configura como un recurso educativo poderoso, tanto dentro del contexto formal como informal, usándose con fines de aprendizaje, desarrollo de la creatividad, fomento de la motivación e imaginación, aprendizaje conceptual, entrenamiento de la inteligencia emocional, prevención conductas negativas, etc.

Trabajar la oralidad con victimas de Violencia de Género es enriquecer sus procesos educativos, desde la narración respetuosa y reflexiva, es darles la voz que han perdido mediante el robo de manos de sus agresores, es ayudarlas a poner nombre a lo que han vivido, mantener viva la memoria de las mujeres que han sufrido maltrato, ya sea físico o psicológico, para que otras mujeres conozcan sus historias. Es tejer una red colectiva de iguales a través de la trasmisión oral. Hacerlas entender las partes del cuento como partes de la propia vida, hace que ellas construyan sus propias historias de vida sin dramatismos, creando historias para ser contadas y escuchadas. Para así disfrutar de la escucha por puro placer.

Evidenciando que la experiencia acumulada en la atención e intervención con víctimas de Violencia de Género pone de manifiesto la importancia de favorecer procesos de recuperación el proyecto lo asume el instituto de la Mujer del Gobierno de Canarias, concretamente el IASS (Instituto Insular de Atención Sociosanitaria), como no podía ser de otra manera es la Unidad Orgánica de Violencia de Género la que inicialmente realiza una acción formativa para el personal de la Red del ámbito de la intervención especializada (11 servicios insulares y 6 recursos Alojativos), con Víctimas de Violencia de Género, que favorecieran la obtención de recursos, estrategias e instrumentos desde la narrativa oral: el fomento de la igualdad, actitudes críticas con el sistema patriarcal y modelos de feminidad sin presiones e igualitarias. Intentando que el cuento oral cumpliera una función formativa pero sin dejar de verlo en el horizonte como herramienta trasmisora de costumbres, estereotipos y lo más importante, puro entretenimiento y ocio.

Una vez el personal de la Red ha pasado por los talleres formativos comienza el proceso con las Víctimas. Es el propio personal (psicólogas y trabajadoras sociales)  el que considera que víctimas (según en que parte del proceso estén) podrán venir a los talleres. Por lo que las mujeres que llegan al taller saben que vienen a conocer cuentos y aprender a contarlos y crearlos.

Dividimos en tres intervenciones que no se publicitan con cartelería externa de ningún tipo, ya que por sus características, este colectivo requiere  protección  y anonimato absoluto, además de que así lo requiere la ley de protección de datos. Y que suelen realizarse en Centros Culturales,  Centros Ciudadanos o Teatros de las pequeñas localidades para dar la función sociocultural que requiere y externalizarlo del centro a donde van a solicitar ayuda psicológica, laboral, económica, etc.

La estructura que llevamos en las 3 sesiones es la siguiente:

     1.Sesiones familiares.

A estas sesiones se invita a todas las familias atendidas por la Red del servicio Insular de la zona en la que se va a llevar a cabo la sesión. Acuden mamás con sus hijos e hijas desde bebés hasta adolescentes. Tienen una duración de dos horas en las que se narran cuentos desde tradicionales a cuentos de autor y muchos de autoras para visibilizar a la mujer. En los primeros 45 minutos, incluso en ocasiones llegamos a la hora. Ese día comienza el trabajo de tirar del hilo, sin querer, la infancia da muchos detalles, ejemplifica con su propia vida las acciones que aparecen en los cuentos. Procuramos reírnos y no crear moralinas de los cuentos, en ningún caso se plantean finales alternativos, ya que la idea principal es poder crear nuevos cuentos propios con los finales alternativos que cada una quiera. Y eso hacen,  colores en mano, sobre una cartulina en blanco dibujan a sus personajes y a través de la oralidad cuentan la historia de ese personaje, que normalmente suele estar bastante vinculada a sus vidas en el caso de adolescentes. Se genera debate y la creatividad está servida.

  1. La segunda sesión es solo para las mamás o mujeres sin descendencia.

Ellas traen la idea de la primera sesión, han empezado en casa a elaborar una historia, por lo que tenemos material para trabajar; le damos forma a la historia o la creamos allí.

  1. Hoy contamos todas.

El tercer y último día es una fiesta de la palabra dicha, a veces, muy a menudo, las lagrimas están presentes, los nudos en las gargantas de la que cuenta y de las que escuchan atentamente se sienten en el ambiente. Pero eso no las frena. Las más atrevidas comienzan primero, algunas no se atreven a exteriorizar su historia, pero sabemos que tiene la semillita para que ese cuento que está en la cabeza, pase al corazón y termine siendo contado.

La experiencia que he adquirido en este campo es tan rica, que es imposible explicarla en palabras. Muy agradecida de haber escuchado sus historias, de verlas hacer humor de la violencia, reírse de si mismas y del amor. Mucho que agradecer, ya que son ellas las que me han dado a mi. Creo que se ha hecho muy buen trabajo y así lo avalan las evaluaciones anónimas que se les hacen cuando terminan el taller, donde lo valoran con una puntuación muy alta.

Ahora son ellas las que deben seguir revisando, aportando ideas  y reflexiones a sus propios cuentos. Yo ya les he señalado sus capacidades.

Para terminar comparto un micro cuento que fue narrado por G.P.S

“El sol dijo estar enamorado de la luna. Eso no era amor, que va. Se acercaba hasta quemarla viva. Ahora cada día podemos verlo desde la distancia. Ha caído sobre él una orden de alejamiento de por vida. La luna, aun no vive tranquila, esa es la razón por la que hay días que no la vemos, está escondida, muerta de miedo”.

Mon Peraza

Este artículo pertenece al Boletín N.º 69 - Narración oral en contextos de vulnerabilidad social